Este jueves tenemos nuevo reto, esta vez Neogeminis nos ofrece divertirnos en compañía de todos los participantes cuando leemos los textos, ya que la diversión está más que asegurada así pues manos a la obra..Para leer todos solo tenéis que pinchar en la imagen de entrada y os llevará a ellos. Un fuerte abrazo y feliz semana amig@s.
miércoles, 28 de septiembre de 2022
Relatos de los Jueves ( Divertimentos)
martes, 20 de septiembre de 2022
Relato de los Jueves ( Envejecer)
Hoy dia de la convocatoria comienza una nueva estación y nuestra anfitriona nos ha dejado un tema que da para mucho es ese otoño de nuestras vidas o ir envejeciendo algo que todo ser vivo hace desde el momento que llega a este mundo. Bueno amigos aqui os dejo mi aporte si pinchais en la imagen os llevará a todos los demás participantes. Un fuerte abrazo.
El Abuelo...
Anoche me encontré al abuelo frente al espejo, parecía que estaba cansado, su rostro frente a este era demacrado, eso no fue lo que me asusto, fue su semblante, era distante la expresión de su cara, lo decía todo" ausente".
Me acerqué como cada noche a darle un beso y llevarle a su dormitorio. Él me miró asustado, me dijo, ¿quién eres, qué haces en mi casa?.. Con toda la paciencia le cogí de los hombros y le dije:
—
Abuelo, soy yo tu nieta anda, no me hagas bromas y vamos a la cama...
—
No déjame... Tú no eres Isabel, ella murió.
Al oír estas palabras mis ojos no resistieron y unas lágrimas asomaron a ellos, disimule como pude, y con la mejor de mis sonrisas, le dije
— Eso, eso, vamos a jugar, ¿te acuerdas cuando me escondía en el armario y te pasabas horas buscándome?
— ¡Claro que me acuerdo al final, siempre te encontraba!
Aquí es donde mi abuelo se volvió con sus ojos grises, su pelo blanco y esas manos temblorosas que se aferraban a mi cuello, como un niño asustado me decía, ¡no me dejes, hija, por favor no me dejes!
Ese fue el principio de su vejez y memoria olvidada, tenía fases que conocía a todos los miembros de la familia y otras en la que su comportamiento era distante, ausente y alguna que otra vez se veía como un animalito acorralado.
miércoles, 14 de septiembre de 2022
Relatos de los Jueves( Ucronía)
De nuevo comenzamos nuevo ciclo de los relatos de los jueves, esperemos no haber perdido la práctica y nos salga una historia al menos entretenida. Su anfitriona nos deja una interesante propuesta una reconstrucción alternativa de la historia en este caso de un cuadro, " Estrellas fugaces 1912,/ Franz Von Stuck".
Si os atrevéis a pasar la linea de la imaginación pinchar en la imagen y allá os llevará...muchas gracias.
Estrellas con mensaje
Allí estaban una noche más a la luz del destino, como dos enamorados que se embelesan mirando esas figuras diminutas que se hacen llamar estrellas.
Así las llamaban los científicos, según algunos de ellos, estas habían surgido a raíz del llamado Big Bang, dando forma a estos cuerpos celestes, pero no es así. Lo que vemos en este cuadro es un anochecer donde un hombre y una mujer contemplan un cielo cubierto de papelillos que han sido esparcidos por un reactor durante una jornada de trabajo electoral, cada trocito de papel lleva una frase de aliento a la población.
Esta pareja no sabe todavía que su futuro está escrito en esos papeles; ella contempla con ojos esperanzadores que uno de ellos haga realidad sus sueños de un mundo, donde la igualdad sea algo real y no una quimera.
La tenue luz que los abraza, será la misma que les aleje del lugar cuando esas estrellas se alejen y den paso a un radiante día, pero mientras tanto que cada hado cumpla con su destino.
Aquella noche, no hubo estrellas fugaces, sino frases escritas para mejorar un nuevo mundo, donde cada una de ellas brillaba por el mensaje que aquellos papeles llevaban escritos.
Campirela_
*203 palabras*
lunes, 12 de septiembre de 2022
Poyecto de ginebra ( mes de Agosto)
Esta es mi aportación de Ginebra para este verano, la imagen elegida es la que me ha dado la idea del texto, podéis encontrar muchos más si pincháis en la imagen de abajo. Gracias y espero que os guste.
Alas de hojarasca
—Hola, Dina —dijo Juan con una sonrisa, girándose hacia donde ella se encontraba, miró sus alas, disimulando, cogió la nota que ella dejó caer al suelo, llevándose al bolsillo trasero de su pantalón—Me alegro de verte.
Dina, seguía sentada en el borde de la cama, con la mirada extraviada, no sabía por qué el suelo estaba cubierto de hojas, iguales de las que ella misma llevada en su menuda espalda.
—Hola, Juan —Dina se dio cuenta de su movimiento de manos, llamó su curiosidad, aunque esta era su pretensión que él cogiera esa nota que no se atrevió a darle ella en ese instante —yo también me alegro verte.
La escena era al principio un poco tímida, pues ambos amigos disfrutaban juntos, esta vez fue Juan quien tomó la iniciativa de la conversación.
—¡Creo que esta tarde podríamos ir al bosque! está todo cubierto de hojas, las recogeremos, las pondremos en un cesto de mimbre y las traeremos aquí.
Luego las clasificamos y si tú quieres seguimos tejiendo en tu espalda, hasta lograr un tamaño lo suficiente para poder ver si puedes volar.
—No sé Juan, supongo que mi espalda ya no aguanta más hojas, hace un rato casi me caigo cuando me fui a levantar y mirar a través de la ventana.
—Bueno, pues entonces debemos probar, pienso que tienes suficientes para alzarte al menos siete centímetros del suelo y flotar.
—¿Por qué dices siete centímetros?¿ Acaso es tu número de la suerte?
—No, es porque llevo siete días sin verte.
Dina no pudo remediarlo y sus mejillas sufrieron un cambio de color, el cual ante los ojos de Juan le favorecían, él no apartaba su mirada de su sonrosada cara.
—No seas tan zalamero, anda vamos al bosque que ya sé que vamos a hacer con tanta hojarasca.
Caminaron, ella cargada con sus alas, él con sus manos en el bolsillo(solo las sacaba para recoger las hojas), iban recogiendo toda clase de hojas que en el suelo se encontraban, los colores eran diversos, pues ya se sabe desde el verde hasta el marrón toda su gama de colores.
Cansados de tanto ejercicio, decidieron descansar sobre la hierba, aunque ésta estaba húmeda por el rocío de la mañana, ellos ni siquiera la sintieron.
—Dina, ¿te has dado cuenta de que tus alas se han vuelto livianas? no te quejas ya de su peso.
— Es cierto, me siento ligera, creo que cuando intente volar lo conseguiré.
—¿Lo intentamos desde esa colina, Juan?
Juan se quedó un poco pensativo, tenía curiosidad, pero mucho miedo de perderla.
Los dos jóvenes subieron al collado y desde él, Dina se recolocó sus alas, se santiguó, y dándole con rapidez un beso en los labios se tiró sin pensarlo al vacío...
Aquella imagen quedará por siempre grabada en su retina, lo que vio fue volar una blanca paloma en un majestuoso vuelo batido.
Años más tarde, cada vez que Juan subía a la colina, volvía a releer esa nota que guardó aquella tarde como un tesoro, donde en ella decía:
"Fui real, te amé a mi manera, pero nuestros destinos se cruzaron en tiempos diferentes"
Campirela_
Relatos perteneciente a la propuesta trimestral de Variétés