Pinchando en la imagen os llevara al blog de la anfitriona. Myriam
Esta nueva convocatoria la cual tiene tintes de guión peliculero nada más y nada menos habrá que hacer un escrito sobre un Manuscrito robado y seguir a ver si es posible dar con el ladrón...Manos a la obra y a pillar al impostor . Gracias Myiam muy interesante tu propuesta.
Imagen de la red
Hacía seis meses que nuestra tía abuela había fallecido y recibimos todos sus sobrinos una carta del abogado de la familia en la cual nos citaba en su despacho, pues según el testamento de la tía Enriqueta era ese día y no otro en el que su albacea y también abogado nos debiera dar una serie de instrucciones.
Allí estábamos sus seis sobrinos, tres chicas y tres chicos, era todo como muy metódico, día seis de junio de 2006, todo muy diabólico, seis de la tarde piso sexto.
Una vez que nos saludamos todos los primos, ninguno tenía idea para qué fuimos citados en realidad estaba claro que todas las pertenencias de nuestra tía, se repartirían en partes iguales para sus seis sobrinos nietos.
Don Jesús que así era el nombre del abogado nos hizo pasar y sentarnos alrededor de la mesa que él presidía, cogió sus gafas y después de saludarnos cortésmente se dispuso a leer las últimas voluntad de la fallecida.
_Yo Enriqueta Suárez de La Mata, en plenas facultades a seis de diciembre de 2005, quiero dejar claro una sola voluntad, mis bienes materiales los dejó en partes iguales para los seis sobrinos-nietos. Nada más hay una cosa, tendrán que hacerse valedores de ella y es el libro secreto de la familia, llamado también Manuscrito de la Mata, donde se encuentran todos los secretos de ella, hasta los más inimaginables y dentro de sus páginas si saben leer entre líneas hallarán la magia necesaria para vivir una cómoda vida_
_Solamente hay una regla, deberán encontrarlo, el lugar es la casa que poseo en Galicia, la mansión que heredé de mis padres y en la cual todos vosotros habéis pasado largas temporadas conmigo, así pues disponéis de una semana, pasado ese tiempo mi abogado el señor Jesús tiene órdenes estrictas para qué lo destruya, pues si no habéis sido capaz de encontrarlo en ese tiempo no sois dignos de saber los secretos que encierra_
Mario, mi primo mayor alzo la voz y lo primero que dijo fue, entonces usted sabe donde esta ese tal manuscrito.
No Señorito Mario, hay un sobre lacrado que está depositado en la caja fuerte y el señor notario tiene acceso junto a otro albacea que dejó su tía-abuela al corriente, si dentro de siete días ninguno de ustedes tiene ese manuscrito en su poder se abrirá dicha caja fuerte y nos llevara a destruirlo en presencia de las autoridades pertinentes.
Cuando salimos del despacho era un ir y venir de pensamientos, unos estaban irritados, otros sabiendo como era la tía se lo veían venir, pero si en algo coincidíamos era que hasta el final quiso jugar con nosotros como cuando éramos pequeños, ella escondía cosas y teníamos que encontrarlas después el premio era una buena taza de chocolate con bizcochos. Esta vez la tía nos había puesto una prueba de fuego entre los seis, era como un reto algo más, nuestro comportamiento y lealtad.
Esa semana fue más que descubrir el manuscrito secreto de la familia, fue convivir y recordar tiempos pasados, ponernos a tanto de las vidas de cada uno de nosotros.
Los días transcurrían mirando todas las instancias, cada uno iba solo no queríamos hacer grupos sería como de pequeños a observar quien lo descubría antes, pero esta vez el chocolate se convertiría en una buena taza de café.
Fue al subir a la buhardilla cuando advertí un baúl repleto de libros, cartas, postales, cámara de fotografías un sinfín de viejos trastos, me detuve y fui sacado todo lo iba dejando ordenado y mirando por encima, descubrí que tía Enriqueta se había carteado con un sargento de la marina del Ferrol, me sorprendió nunca nos habló de él.
Había muchas postales del otro lado del océano, en todas ellas el sargento se despedía de ella con* mi rosa perfumada*no dejaba de ser curioso a la vez que cursi, pero ay el amor.
Toda la tarde emplee en el dichoso baúl, no vi nada que fuera un manuscrito, así pues que deje todo en el suelo y el baúl me lo baje a mi habitación pues me gusto para llevármelo a mi apartamento en él metería mis libros pues los tenía descolocados me vendría genial, eso si, cuando mi hermano y mis primos me vieron con él, tuve que enseñarlo todo bien para que no pensaran que allí se encontraba el manuscrito, satisfechos me dieron su beneplácito, ya que cada uno de ellos también cogieron algún recuerdo para su uso personal.
El día que se cumplía el plazo establecido comiendo todos juntos nos dimos por vencidos habíamos puesto patas arriba la casa y allí no había nada al menos ninguno de nosotros seis fuimos capaces de encontrarlo y era la hora de regresar a nuestras vidas.
La experiencia fue muy positiva no encontramos el manuscrito, no obstante algo mejor descubrimos y fue esos lazos que de alguna manera al hacernos mayores fuimos perdiendo tal vez por dejadez en esa semana tía Enriqueta nos volvió a unir.
Ahora un día al mes nos juntamos para comer y contarnos nuestras vidas y ayudarnos si alguno lo necesita, creo que todos creemos que nuestra tía era eso en realidad lo que quería dejarnos y ese era el manuscrito seguir la familia unida.
Seis meses después. Una tarde en casa recibí un paquete de libros que no había pedido, no traía remitente abrí la caja y allí estaba una colección de arquitectura precolombina, no sé, pero quien me los mando sabia de mi afición por la arqueología.
Ya tenía su lugar para guardarlos en el baúl que me traje de la casa de mi tía que mejor lugar para protegerlos y tenerlos a buen recaudo, la intriga seguía dentro de mí ¿quién sería el generoso/a?.
Aquella misión de guardar la colección de mis libros en el baúl será mi secreto familiar, al colocarlos el cartón se abrió, por un lado, cuál no fue mi sorpresa que al ir a pegarlo allí estaba escrito la historia familiar, conforme iba quitando el cartón descubría que el baúl era el manuscrito que mi tía nos dejó bien envuelto, como siempre con sus trampas para ser descubierto.
No dije nada, tal vez por miedo, vergüenza o simplemente egoísmo, solo sé que mi tía Enriqueta tenía razón han pasado los años y de todos sus secretos el mejor es la estabilidad familiar que nos brinda ese Baúl.
Únicamente me intriga una cosa, cada vez que el abogado me ve, me sonríe y con gesto afable, me manifiesta¿Todo bien señorita Enriqueta?
Campirela_
