Seduciendo a un Cincuentón.
Llevábamos más de un año sin tener señales de vida la una de la otra, mi amiga Nerea se había trasladado fuera de la península hacía más de tres años, por motivos laborales. El contacto era telefónico y algunas que otras videollamadas, por razones familiares el tiempo de ambas era limitado, pero ese día me dije hago un hueco y la llamo por teléfono, no podíamos perder una amistad de tanto tiempo
El tono sonó cuatro veces ya pensaba colgar cuando oí su melodiosa voz.
_¡Hola, Nerea al aparato! Dígame.
Hola, cuenta cuentos, como esta mi chica preferida.
_Esa era nuestra manera de saludarnos desde hacía una eternidad_
Mi querida niña, qué es de tu vida, perdóname que no te haya llamado, sin embargo, ya sabes… _Aquí mi amiga se enrolló y me contó en media hora lo de todo un año_, no obstante eso queda para nosotras, lo que quiero compartir es lo que viene a continuación.
Después de ponernos al día, me mencionó que tenía el regalo de mi cumpleaños preparado para mandármelo por correo, es aquí donde comienza una aventura que ni en nuestros mejores sueños creíamos que a nuestra edad podría pasarnos.
Tengo que mencionar querido lector que ya no somos unas adolescentes, pero que nuestra sangre todavía bulle en nuestras venas, a pesar de ser mujeres maduras (la edad no la pienso decir) guardamos ese toque sensual y sobre todo experiencia seductora.
A la semana siguiente recibí un correo de Nerea en el cual me manifestaba que en tres días recibiría mi regalo de cumpleaños pendiente desde hacía un año, pero que me llamaría por teléfono porque tenía algo sorprendente que contarme.
Para ser sincera me quede con intriga ¿qué seria aquello que le había ocurrido tan sorprendente, con esta mujer todo era de esperar, ella es una polvorilla?
A las diez horas peninsular mi teléfono sonó, fue mi marido quien lo cogió, tardo unos minutos en decirme que era para mí, pues luego entendí estuvo saludando a Nerea, ellos se conocían desde hacía años al igual que yo con Fernando, su marido manteníamos una relación de matrimonios bien avenidos.
¿Dime, cuenta cuentos, que es eso tan sorprendente qué te ha ocurrido esta mañana?
Nena, no te lo vas a creer, el tipo que me atendió en correos es vecino tuyo.
¡Cómo! A ver explícame.
Te cuento, al darle tu dirección, va el tipo (que por cierto no esta nada mal) y me dice.
Vaya, que casualidad la dirección del remitente se encuentra al lado de donde residí antes de venir aquí a trabajar, perdone señora pero es que me ha hecho ilusión ver mi antigua dirección.
¡Oh, que mono! pensé, un hombretón y cuanta sensibilidad,
Anda, ve al grano que ya te veo yo con tus ilusiones idealistas
Bueno el caso es que nos pusimos hablar y me dijo que te preguntara si conocías a una familia que les llamaban los Pedraza, tenían una tienda de ultramarinos en la esquina de tu casa
Muerta me quedé, no sabrás el nombre por casualidad, le pregunté.
¡Pues hija, a tanto no intimado! mañana tengo que volver a hacer otro giro, llevo una semana en la oficina que no hago otra cosa que de recadera, con eso que tengo que andar para bajar el azúcar como abusan de mí.
Descuida que se lo pregunto, ¿no me digas que te suena, la tienda?
El caso que, cuando observó tu nombre, él se quedó algo nervioso, su amabilidad se convirtió en nervios, pero bueno no le di importancia; a ver Margarita, aquí hay algo que no me cuadra, él nervioso y tu callada como una tumba.
Mi voz se quebró, no sé que me pasó por la cabeza, no podía ser que mi amor de juventud apareciera ahora así por arte de magia y que mi mejor amiga estaba intentando seducirle, dios que fuerte.
Me serené y, le conté que si conocía a los Pedraza, sobre todo al hijo menor, era ocho años más joven que yo, pero nos enamoramos como dos chiquillos él con dieciocho años y yo con veintiséis.
Fue una historia de amor prohibida, ya estaba de novia con mi marido, una relación prohibida, maravillosa, solo tuvimos relaciones un par de veces, terminamos por qué él quería mucho más, un compromiso serio y, no podía ser. Le amaba, pero el amor a veces no es suficiente, su juventud me atrajo y me dejé seducir, fui cobarde a mis sentimientos y preferí la comodidad , una vida sin riesgos, Juan hoy mi marido tenía un puesto relevante y sabia que con él no me faltaría una posición acomodada, renuncie al amor, la pasión el deseo, hecho la mirada atrás y no es que me arrepienta, el recuerdo es dulce, nunca más supe de él, desapareció, jamás pregunte pues quería que mi secreto quedara a salvo.
Nerea, al otro lado del auricular, únicamente se le oía la respiración y gemidos, como si llorara.
Nena, sigues ahí.
Si, amiga, que historia tan bonita, nunca me habías hablado de ella.
Hay cosas que solo se quedan para una y está hasta el día de hoy así era, ahora ya lo sabes, ese macizorro de correos hace más de cuarenta años fue mi amor, mi lujuria y todo lo que te puedas imaginar.
Me has dejado como el mármol, fría por fuera y caliente por dentro,solamente de pensar en tú intimidad con él, jajajjaja.
Eres de lo que no hay, mañana cuando le vuelvas a ver, nada más dile que me alegro de que su vida la haya rehecho y que sea feliz.
Vale, Margarita, solo una cosa,¿te importaría si yo mantengo un afear con él?
Jaaaa, sigues igual de tremenda, si eso te hace feliz, mi tiempo de amor ya paso, el tuyo puede que comience ahora, tienes mi bendición
De esta manera fue como un correo certificado dos mujeres y un hombre volvieron a dar rienda suelta a sus ilusiones, una ya pasada, la otra tal vez a punto de comenzar.
Campirela_
Este relato es por petición de una amiga, todo es ficción, pero quién sabe si algo de realidad pudiera ser… Gracias por darme la idea, espero que te haya gustado, un besazo y abrazo.