Relatos del Jueves( ¡Nos vamos de pícnic!)

 

Este jueves nos vamos de merienda al campo, así pues espero que halláis traído antídoto para mosquitos y buen calzado ...La Bitácora

¡Nos vamos de pícnic!

Os contaré una aventura de lo más estrambótica que me pudo pasar en los tantos pícnic que hecho en mi larga vida.

Corría principios de los setenta y aquel año en concreto no recuerdo el porqué pero mi casa se lleno de primos y tíos y demás familia un verano donde el calor apretaba de lo lindo.

Estaba encantado de todo aquel barullo, además os diré que por aquel entonces estaba medio enamoriscado de una prima mía, que era la flor de la canela, sus ojos eran del mismo color de esta.

Pero yendo al acontecimiento que nos atañe, diré que esa salida al campo fue de lo más fructífera jamás la olvidaré porque en ella encontré el amor primero, las mariposas y un montón de cosas...

Fue después de la cena cuando mi prima Aurora la que me traía por el camino del sin vivir, dijo que porque no al día siguiente hacíamos un Pícnic, a mi la palabreja me resulto desconocida, ella con disimulo y mirándome muy atenta, dijo: 

_¡Primo, no te apetece venir de merienda!

_ Un poco sonrojado por esa mirada fija, le solté ¡ pues claro! además con el buen día que va hacer nos vendría bien comer en el campo a orillas del rió, para después darnos un buen chapuzón.

Esa mañana, mi madre se levanto antes que las gallinas para preparar una buena tortilla, una rellena de champiñones y otras dos de patata, una con cebolla y otra sin ella, pues había que dar gusto a todos, y para ello mi madre era la mejor., no podían faltar los pimientos verdes fritos y el pollo al ajillo,eso sin olvidarse de la ensalada y el embutido porque un día en el campo da mucho apetito. Toda aquella comida la coloco en una cesta de mimbre y en una nevera que nos regalo mi tía Juana, que iba repleta de agua y refrescos.

_¡Bueno chicos! dijo mi madre, creo que por el día de hoy no os vais a morir de hambre, eso sí cuidado a la hora de elegir lugar donde poner el mantel, nunca demasiado cerca del rió.

 Ya os he metido en la cesta todo lo necesario, el mantel, servilletas, cubiertos y un  buen pan redondo, espero que lo paséis bien  y una cosa, nada de peleas.

_El día fue genial. El recuerdo que me viene a la mente es lo feliz que fuimos esos días todos los primos reunidos_

 El pequeño Juan nos dio un susto de infarto, pues por el ansia de coger el primer trozo de pollo casi se nos ahoga menos mal que Alicia la mayor estuvo al quite y no se que maniobra le hizo que al estrujarle el estómago salió el hueso como fuego de dragón ....después bien que nos reímos pero pasamos unos segundos de angustia.

_Pero aquí de momento como estáis leyendo no hay nada estrambótico, eso fue al llegar la tarde, después de pasar dos horas de hacer la digestión, mi prima de ojos canela, me dijo que si ya podíamos irnos al rió y yo embobado le dije sí, cuando quieras, los demás estaban o durmiendo la siesta o jugando a las cartas, así que ella y yo solos nos fuimos a dar un baño.... pero lo que sucedió en el agua me dejo marcado de por vida.

He decir que el mejor manjar de todo el Picnic fue ella, y como caballero que soy no diré nada más, solo que fue la mejor de todas las meriendas en el campo  que hice después de aquel día.

Campirela_