viernes, 18 de octubre de 2024

INICIATIVA: "UNA HISTORIA PARA MI FANTASMA" 馃懟

 

INICIATIVA: "UNA HISTORIA PARA MI FANTASMA" 馃懟

 ¡Bienvenidos/as a una nueva Iniciativa en Plegarias en la Noche! Llamada""UNA HISTORIA PARA MI FANTASMA“” porque este mes de octubre tu fantasma va a necesitar que lo entretengas.

Con el esp铆ritu de Halloween 馃巸 en el aire, nos sumergiremos en un mundo de terror y misterio cada viernes. Donde les estaremos contando una historia diferente, llena de terror que nos har谩n temblar de miedo y nuestro fantasma estar谩 feliz.

 Los paso para sumarse es muy simple 馃槈 al igual que las Iniciativas de los a帽os anteriores. Todos los viernes de octubre a las 22 hs de su pa铆s, cada Blog nos contar谩n cuentos, relatos, poemas y hasta leyendas exclusivamente de fantasmas. El formato lo eligen ustedes escrito o con un v铆deo ley茅ndolo,  puede ser de su autor铆a o de alg煤n autor/a que les guste (no se olviden de mencionar de quien pertenece), llevando por supuesto el Banner de la iniciativa y mencionando a Plegarias en la Noche, para que m谩s Blogger quieran participar y llenemos este hermoso espacio en un lugar terror铆fico 馃懟

Edito antes por cuesti贸n de horario...

Este viernes amigos os voy a dejar un trocito de una buena historia de miedo,  nada m谩s y nada menos es de B茅cquer, os comento algo de ella, espero que os guste.

‘La promesa’ o ‘La promesa incumplida’ es una leyenda de B茅cquer, que aqu铆 hemos adaptado para ni帽os mayores (a partir de 9 a帽os). El poeta, periodista y escritor espa帽ol Gustavo Adolfo B茅cquer, recogi贸 una serie de leyendas espa帽olas, rescatadas en su mayor铆a a partir de romances que fueron transmiti茅ndose mediante la cultura oral por diferentes regiones. 脡l dio forma en prosa a estas incre铆bles historias.

El misterio de La promesa incumplida, una preciosa leyenda de B茅cquer adaptada para ni帽os mayores


Cuenta una antigua leyenda una historia sobrecogedora y extra帽a. Sucedi贸 en campos sorianos, y en Sevilla, lugar a donde se dirig铆a nuestro protagonista.

Cuentan que un joven se despidi贸 una noche de su amada. Deb铆a partir con su se帽or, el Conde de G贸mara (un peque帽o pueblo de Soria). A ella le dijo durante mucho tiempo que era su escudero m谩s fiel y no pod铆a dejar a su se帽or abandonado ante una batalla tan importante: junto a 茅l, formar铆a parte de la reconquista de Sevilla, encabezada por el rey Fernando III.

– Debo partir, debes entenderlo, Margarita- le dijo esa noche a su amada- Mi se帽or, el Conde de G贸mara, me necesita. Pero te hago aqu铆 mismo y en este momento una promesa: juro que regresar茅 y entonces, te convertir茅 en mi esposa.

Y diciendo esto, sac贸 un anillo de su bolsillo y lo desliz贸 con cuidado en uno de los fr谩giles dedos de la hermosa joven.

Margarita entonces se sec贸 las l谩grimas y le dijo:

– Ve, y cumple tu promesa.

Al d铆a siguiente, las tropas que part铆an hacia Sevilla desfilaron por las calles del pueblo. Al evento acudieron much铆simas personas, para ver a aquellos valientes caballeros partir. Entre ellas, Margarita, quien fue casi obligada a ir por sus hermanos. Los j贸venes no quer铆an perderse aquel espect谩culo, ni tampoco desperdiciar la oportunidad de ver al fin al famoso Conde de G贸mara, del que todos hablaban maravillas. Contaban de 茅l grandiosas aventuras y batallas 茅picas.

Pero, la mayor sorpresa se la llev贸 aquel d铆a Margarita, al ver aparecer al Conde de G贸mara, quien no era ni m谩s ni menos que su querido amante. Del susto y el disgusto, al haber sido enga帽ada tanto tiempo, Margarita se desmay贸 y a los pocos d铆as, muri贸.

La promesa: la creciente angustia del Conde de G贸mara

El Conde de G贸mara no sab铆a que su bella enamorada hab铆a muerto. Pero sucedi贸 algo que le comenz贸 a inquietar al cabo de unos d铆as. No pod铆a concentrarse y andaba de un lado a otro totalmente absorto. Su tristeza y expresi贸n de angustia aumentaban a cada instante, a pesar de haber ganado incre铆bles batallas en C贸rdoba y estar ya muy cerca de Sevilla.

Tal era su estado embriagador que su escudero, que le conoc铆a bien, le pregunt贸, un tanto preocupado:

– Se帽or, algo le sucede, algo que le angustia, que no le deja dormir. Va a las batallas como aut贸mata, sin disfrutar de ellas. Se mueve como si fuera un fantasma… No duerme, y cuando lo hace, se despierta con terribles pesadillas. ¿Qu茅 es eso que tanto le pesa?

Y el Conde de G贸mara, inquieto, casi entre sollozos, decidi贸 contar al joven, en quien confiaba, lo que le pasaba.

– Ay, mi querido escudero, no lo puedo contar, porque me tomar谩n por loco.

– No se preocupe, que no lo har茅. Si al menos pudiera ayudarle…

– Resulta que desde hace unos d铆as, noto la presencia de una mano. Una mano que me dirige, que me protege, que se adelanta a mis movimientos, que no me deja ni en sue帽os. Una mano suave y fr谩gil que ahora mismo se posa en uno de mis hombros…

Y diciendo esto, se levant贸 y comenz贸 a dar vueltas por la habitaci贸n, fuera de s铆, como si quisiera librarse de algo invisible ante los ojos del escudero. Luego se sent贸 de nuevo y continu贸 con su relato:

– Ayer, en la batalla de C贸rdoba. ¿Recuerdas que mi caballo excitado se dirig铆a como loco hacia el enemigo, sin que pudiera frenarlo? Se dirig铆a hacia la muerte, y yo sin poder apaciguarlo…

-S铆, lo vimos todos, pero de pronto consigui贸 dar la vuelta…

– ¡No! … Yo no fui. Fue la mano. Una mano que tir贸 con fuerza de las riendas de mi caballo y le oblig贸 a dar la vuelta. Esa misma mano que descorre la cortina cada ma帽ana, que me echa el vino en el vaso, que a veces se queda posada sobre mi cabeza… Esa mano que no me deja nunca.

El joven escudero mir贸 apenado al conde. Efectivamente, pens贸 que hab铆a perdido la raz贸n. El romance de la mano misteriosa en ‘La promesa’

Un d铆a despu茅s, el Conde de G贸mara lleg贸 a las puertas de Sevilla, en donde esperaban en trinchera much铆simos m谩s hombres que tambi茅n acud铆an a luchar junto al rey Fernando.

Muchos descansaban en tiendas de campa帽a improvisadas. Otros cantaban, beb铆an… Y al Conde de G贸mara le llam贸 la atenci贸n un juglar, que comenzaba a afinar su bandolina para comenzar a entonar un extra帽o romance que atrajo poderosamente al Conde hacia all铆. Y, aunque su escudero le intent贸 impedir el paso al o铆r los primeros versos, no pudo hacer nada. El Conde de G贸mara lo oy贸 todo y se qued贸 petrificado. El romance dec铆a as铆:

‘’La ni帽a tiene un amante

qu茅 escudero se dec铆a.

El escudero le anuncia

que a la guerra ya part铆a

‘Te vas y acaso no vuelvas’

‘Volver茅, vida m铆a’

Y mientras el amante jura,

el viento le repet铆a:

¡Mal hace quien de una promesa!

¡Del hombre se f铆a!

El conde, con sus cien hombres

de su castillo sal铆a.

Ella, que le reconoce,

con gran aflicci贸n dec铆a:

‘Ay de m铆, que se va el conde

y se lleva la honra m铆a’.

Y el viento que repet铆a:

¡Mal hace quien de una promesa!

¡Del hombre se f铆a!

Muerta la llevan al soto,

la han enterrado en la umbr铆a.

Pero por m谩s tierra que echaban,

la mano no le cubr铆a,

la mano donde un anillo

que le dio el conde ten铆a.

De noche sobre la tumba,

dicen que el viento gem铆a:

¡Mal hace quien de una promesa!

¡Del hombre se f铆a!

La promesa del Conde de G贸mara

El Conde, con los ojos bien abiertos y el coraz贸n acelerado, se abalanz贸 hacia el juglar y le dijo:

– Dime, ¿de d贸nde eres?

Y 茅l contest贸:

– De tierras sorianas, se帽or.

– ¿Y a qui茅n se refiere esta historia? ¿D贸nde escuchaste el romance?

– Lo cantan en muchos lugares de Soria. Por lo visto se refiere al Conde de G贸mara. Le hizo una promesa a una joven y ella muri贸. Es lo que cuentan, yo no lo invent茅…

El Conde, totalmente aturdido, comenz贸 a entender lo que le suced铆a. Cuando termin贸 la batalla en Sevilla, parti贸 de inmediato a G贸mara y pidi贸 a un sacerdote que le acompa帽ara.

Una vez que encontr贸 el lugar en donde hab铆an enterrado a Margarita, agarr贸 su mano, que efectivamente sobresal铆a de la tierra, y pidi贸 al cura que les casara. Al hacerlo, la mano descendi贸 misteriosamente y se hundi贸 para siempre bajo tierra.

El Conde de G贸mara dej贸 de notar aquella mano cerca de 茅l. Y dicen, que cada primavera, el lugar en donde estaba enterrada su ya esposa, se llena de flores, y que es el 煤nico lugar de all铆 en donde florecen margaritas.

«Agarr贸 su mano, que efectivamente sobresal铆a de la tierra, y pidi贸 al cura que les casara»

(‘La promesa’ – Adaptaci贸n escrita por Estefan铆a Esteban)(La promesa)

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