Relatos de los Jueves(veranos que saben a poco)

 

Esta semana nuestra anfitriona nos convoca para que nuestros relatos todavía sepan a verano, y es que no queremos todavía desprendernos de ese sol que hace las delicias de nuestros días...Podemos hacer que el verano sea el más mágico o al contrario que queramos que se pase pronto, de cual modo seguro que emociones las habrá . Os dejo enlace donde encontraréis mas relatos veraniegos, gracias. Molí

El seminarista

Manuel llevaba semanas pensando como iba a decir a sus padres la decisión que había tomado. Él nunca quiso ingresar al seminario, pero su madre beata de pura cepa le hacía ilusión que uno de sus tres hijos se ordenara cura, para ella era como ganarse un lugar en el cielo, siempre pensó que su Manu como ella le llamaba era un chico con una sensibilidad especial para entregar su vida al Señor. Manuel fue a pasar el verano a un convento de monjas y ver si realmente su vocación y fe era firme o por el contrario se habían agotado antes de comenzar. Las horas las pasaba leyendo filosofía y en ellas encontró muchas contradicciones a su fe cristiana, así que decidió salir de ese muro de rezos y silencios y caminar por los alrededores, ver la naturaleza y sentir el sol en su rostro. Aquella tarde de mediados de Julio algo cambio el rumbo de su vida, fue la señal que necesitaba para comprender que él estaba hecho para otras cosas en este mundo. Al pasar por una de las tantas albercas que rodeaban el convento vio una sombra entre los árboles, aminoro sus pasos y como si estuviera haciendo una chiquillada se ocultó tras unos matorrales, allí pudo observar como una mujer de mediana edad, estaba quitándose sus ropas para dirigirse a tomar un refrescante baño. El sol a esas horas estaba todavía alto y sus rayos abrasaban la piel, él mismo comenzó a sudar de una manera exagerada y a sentir que algo extraño ocurría en su cuerpo, nunca antes había experimentado tal sensación. Sus pies pegados a la tierra y sus ojos desorbitados contemplaban la belleza real de una mujer, esta vez era de carne y hueso y no como las imágenes de los libros, en ese momento entendió el significado de la vida y que él quería saborearlos. Paso el verano lento y febril, al llegar a su casa y ver a su madre bajo su rostro avergonzado, pero está ya sabia que su trono a los cielos debería ganárselo de otro modo.

Campirela_