“Mi cuerpo es el único lugar donde jamás fui extranjero.”
Estas frases creo que reflejan perfectamente nuestro cuerpo, aquí hay más, las he buscado para que sean parte del tema que he elegido para este jueves, cada una de ellas llevara vuestros nombres, según vayan llegando los relatos. Espero que os gusten.
Citas buscadas en la red...
"El cuerpo es la casa primera y última, que nunca se abandona, aunque a veces no se pertenezca"
"Camino los bordes de mi cuerpo, como quien corre un país donde se funda el yo"
"No hay patria más intensa que la memoria, inscrita en mis huesos"
"Soy mi frontera, mi país, mi territorio de pronombres y silencios"
"Entre vértebra y vertebra guardo el secreto idioma de mi linaje"
“Ser uno mismo es conquistar el territorio indómito de la propia piel.”
“La memoria es una raíz que penetra la carne, haciendo fértil el presente.”
“Las arrugas del cuerpo son cauces donde fluye la memoria de generaciones.”
“En el temblor de mis manos habitan los días que ya no son.”
“Hay heridas que la piel conserva como medallas silenciosas.”
“El cuerpo es la biografía que se lee al tacto cada mañana.”
“El recuerdo es la sombra tibia que recorre mi espalda en la noche.”
“Mis pasos son ecos: soy la suma de los caminos que transitaron mis abuelos.”
"Habitar la piel es trazar el mapa de mi nombre sobre la carne"
“Ser uno mismo es conquistar el territorio indómito de la propia piel.”
“Mi piel conserva la cartografía de todas mis nostalgias.”
“En el cuerpo habitan todos los recuerdos que la mente olvida.”
“La memoria es una raíz que penetra la carne, haciendo fértil el presente.”
A veces me detengo a pensar que mi cuerpo es un mapa. No uno de esos que se cuelgan en la pared, sino uno que se recorre con tiempo, con cuidado, con memoria.
Empiezo por las manos, las miro y veo caminos. Han tocado, han empujado, han sostenido. En sus líneas hay rastros de decisiones, de caricias, de despedidas.
Subo por los brazos, que son puentes. Me han conectado con otros cuerpos, con abrazos que aún recuerdo, con ausencias que todavía duelen. Son testigos silenciosos de lo que he dado y lo que no supe pedir.
El pecho guarda ecos, no solo del corazón que late, sino de los suspiros que se escaparon, de las palabras que no dije, de los temblores que me atravesaron sin aviso. Es un territorio sensible, a veces en calma, a veces en guerra.
El vientre es el centro. Ahí se mezclan el deseo y el miedo. Es donde siento más, donde todo se concentra. A veces es fuego, otras es vacío. Pero siempre está ahí, recordándome que estoy viva.
Las piernas son caminos. Me han llevado lejos, me han traído de vuelta. Cada paso que doy con ellas es una afirmación, sigo adelante, aunque no siempre sepa hacia dónde.
Y mi espalda… mi espalda guarda huellas. De quienes me tocaron sin verme, de quienes me vieron sin tocarme. Es el lugar donde se acumulan los silencios, las cargas, los recuerdos que no siempre quiero mirar.
Mi cuerpo es mi mapa. No tiene leyenda, ni coordenadas exactas. Pero si alguien quiere conocerme de verdad, tendrá que recorrerlo con paciencia, con respeto, con ganas de entender lo que no siempre se dice.
Convocatoria del jueves relato: El cuerpo como territorio
Gracias, a nuestra anterior anfitriona Neogéminis, por ese mundo de magia, donde hemos podido disfrutar de preciosos escritos, donde los duendes, hadas y demás personajes nos han hecho regresar a nuestro mundo de fantasía.
Me entrega el pase a este nuevo jueves.
Os propongo una pregunta...
¿Qué historias habitan tu piel? ¿Qué mapas se dibujan en tus cicatrices, tus placeres, tus silencios?
Convocamos a todos los que se quieran unirse a esta propuesta literaria que explora el cuerpo como espacio simbólico, político, erótico, emocional. Un territorio que se transita, se defiende, se desea, se transforma.
Queremos relatos que hablen del cuerpo como lugar de memoria, como frontera, como refugio o campo de batalla. Cuerpos que sienten, que sueñan, que se rebelan. Cuerpos que se aman, se buscan, se pierden. Cuerpos que cuentan
Las bases siguen siendo las mismas, pueden escribir su relato en poema, narrativa, prosa, como mejor lo deseen, procurando no rebasar el límite de palabras( 350) ello facilita la lectura de todos los textos a dicha convocatoria, cuando tengan su relato lo dejarán con el enlace en esta misma entrada y los iré subiendo, cuando ya seamos unos cuentos participantes. Y por favor sean generosos y comenten a todos los participantes.
Me gustaría animarles de nuevo para que formen parte de esta iniciativa que reúne a quien desee participar. Un abrazo y muchas gracias.
No se habían prometido nada, pero el tiempo les guardó su hueco.
Veintiocho años después, se encontraron en una librería, como si el azar tuviera memoria. Él seguía oliendo a otoño; ella aún tenía esa forma de sonreír que desarma sin pedir permiso.
No hubo reproches. Solo un café, dos manos temblorosas, y la certeza de que algo había quedado sin cerrar.
No era pasión desbordada, era ternura que se instala en los huesos.
Y, sin embargo, cuando él rozó su mano al pasarle el azúcar, ella sintió el vértigo adolescente de quien se enamora por primera vez… otra vez.
No hablaron de lo que no fue.
Se contaron sus vidas, los hijos, los miedos, las noches de insomnio.
Y en medio de todo, ese silencio compartido que solo tienen los que se han esperado sin saberlo.
No hicieron planes.
Pero al despedirse, él le rozó la mejilla con los labios, y ella supo —sin palabras— que el amor, cuando es verdadero, no llega tarde.
Solo llega distinto.
Campirela_
Si pincháis en Amor Azul, os llevará al paraíso de la prosa y poemas más romántica de la blogosfera… Cada primero de mes y durante todo él, el blog de Roselia se llena de un halo de Amor.
Pinchar en la imagen os llevará directos a la convocatoria de este jueves. Gracias
Esta nueva convocatoria, sin duda la magia está presente , Neogéminis, nos da una pequeña muestra de personajes que bien pudieran estar en ese bosque encantado, en algún lugar perdido o más cerca de nosotros de lo que creemos. Asi sin más dilación , vamos a introducirnos en este mundo mágico .
El Cuaderno de Malaj
Era domingo, y Malaj sentía esa inquietud afable que solo aparece cuando el alma pide magia. Caminó sin rumbo hasta que el aire cambió de textura y el bosque se abrió ante ella como un suspiro contenido. No era un bosque cualquiera, era el bosque Azul, donde los árboles guardan secretos y la niebla murmura nombres que aún no han sido pronunciados.
Una luciérnaga de alas de cristal la guiaba, titilando como si conociera el camino. Al llegar al claro encontró un cuaderno sobre un pedestal de raíces vivas. Lo tocó, y el cuaderno se estremeció. No tenía título, pero parecía esperarla desde hacía siglos.
Malaj escribió la primera frase con el corazón temblando
“Siempre estás, nunca me fallas.”
Las letras se iluminaron, y el bosque respondió.
Adriel, el duende de las palabras olvidadas, apareció entre las hojas y garabateó con tinta de musgo
Lila, el hada de los sueños tejidos, dejó un pétalo que se convirtió en verso.
Fredo, el mago que leía constelaciones, dibujó una espiral estelar en la esquina de la página.
Nicolás, el alquimista de emociones, añadió una fórmula secreta.
Presencia + Confianza + Deseo = Magia duradera
El cuaderno vibró. Las páginas se multiplicaron, y cada una parecía esperar una nueva emoción, una nueva confesión. Malaj, entendió que no estaba sola, cada vez que escribiera con verdad, los habitantes del bosque azul, intervendrían, completando su relato con magia.
Desde entonces, cada domingo, regresa al bosque. No siempre sabía qué escribir, pero el cuaderno la escuchaba, y cuando lo abría, el mundo cambiaba un poco. Porque en el bosque azul, las palabras no solo cuentan historias, las palabras hacen que la magia respire.
El sol comenzaba a teñir el cielo de tonos dorados cuando Carmen, con su bolsa de compras al hombro, acelera el paso por el camino solitario. No suele tomar esta ruta, pero hoy, por casualidad, ha terminado aquí.
A unos metros, Manuel, corre con su respiración acompasada, su cuerpo moviéndose al ritmo de sus pensamientos. Ama correr porque le despeja la mente, porque le recuerda que hay libertad incluso en medio de la rutina.
Carmen, gira sin mirar, Manuel, absorto en su entrenamiento, no logra esquivar. El choque es inevitable. Bolsas al suelo, zapatillas perdiendo equilibrio. Sus miradas se cruzan en una fracción de segundo.
Y ahí está.
La chispa.
Carmen parpadea, sintiendo una extraña calidez en su pecho. Manuel la mira, capturado por la intensidad de sus ojos, por el leve temblor de sus labios.
—Lo siento, ¿estás bien? —pregunta él, su voz, con un matiz que ni siquiera él entiende.
Carmen asiente, aunque su mente sigue atrapada en la sensación de ese instante. Algo ha cambiado. Algo que ninguno de los dos sabe nombrar todavía.
Los días pasan, y el sendero se convierte en su punto de encuentro no planeado. Manuel sigue corriendo, pero ahora, cada vez que llega a aquel tramo, sus ojos buscan a Carmen.
Ella también siente la urgencia de volver. No se permite pensarlo demasiado, pero su corazón late un poco más fuerte cada vez que lo encuentra allí.
Las miradas se transforman en palabras. Las palabras en pequeñas confesiones. Manuel le habla de su pasión por correr, de la sensación de ser dueño de su propio tiempo. Carmen le cuenta de la presión que soporta, de la carga de un apellido y unas expectativas que no ha elegido.
Sus mundos son distintos, pero en este sendero, por un momento, parecen no importar.
Las sonrisas se vuelven furtivas, los silencios tienen peso. Un día, Manuel le propone correr juntos, Carmen se ríe, dice que no es buena en eso, pero acepta. Sus pasos son torpes, su respiración desordenada, pero Manuel la mira con una mezcla de ternura y deseo.
Se detienen bajo la sombra de un árbol. La distancia entre ellos se acorta. Manuel levanta la mano y aparta un mechón de su cabello, húmedo por la carrera. Carmen siente su cuerpo estremecerse.
No dicen nada. No lo necesitan.
Pero fuera de ese sendero, el mundo sigue girando. Un mundo que no les pertenece juntos.
Carmen pertenece a una familia que espera de ella obediencia. Un futuro trazado, pulcro, sin margen para errores. Manuel, en cambio, viene de un entorno distinto, donde cada paso lo ha construido solo.
La diferencia de clases no es solo una barrera externa. Está ahí, entre ellos, como una sombra que poco a poco se hace más difícil de ignorar.
Hasta que un día, Carmen deja de aparecer en el sendero.
Manuel la espera. Día tras día. Pero el vacío se mantiene.
Cuando finalmente la encuentra, su mirada está triste. Lo sabe antes de que ella diga nada.
—No puedo seguir —susurra ella, con voz quebrada.
Manuel la observa, sintiendo su propia herida abierta. No discute, no intenta convencerla. Solo se acerca, y la besa con la intensidad de quien sabe que es un adiós.
Cuando se separan, Carmen da un paso atrás. Su mundo reclama su lugar.
Manuel la mira una última vez, y sin decir palabra, corre.
Corre porque es lo único que puede hacer.
Meses después, en la fría oficina de un banco, Carmen extiende una carpeta con documentos. Necesita un préstamo, su única oportunidad de independencia.
Cuando levanta la vista, el corazón se le detiene.
Manuel está sentado al otro lado del escritorio.
No hay zapatillas gastadas ni camisetas deportivas. Solo un traje impecable, una postura segura. No encaja. Algo no cuadra.
Los ojos de Manuel se encuentran con los de ella, y por un segundo, el tiempo se detiene.
—¿Necesitas ayuda con algo? —pregunta él con voz neutra, profesional.
Carmen siente el golpe de su frialdad. Este no es el hombre que conoció, no es el que la miraba embelesado en el sendero.
¿Quién es realmente? ¿Todo fue una mentira?
No responde. Solo se levanta y sale de esa oficina dejando atrás un sueño.
Pasan los meses. El sendero sigue vacío.
Hasta que una noche, la lluvia cae con fuerza sobre la ciudad. Carmen camina sin rumbo, con el frío en la piel y la mente dispersa.
Manuel también avanza, perdido en recuerdos.
Un tropiezo.
Un choque.
Son ellos.
Carmen lo mira. Manuel la observa.
No dicen nada. No lo necesitan.
Se abrazan.
Sus labios se encuentran con urgencia, con todo lo que quedó en el aire.
La lluvia sigue cayendo, pero ellos no sienten frío. Porque ahí, bajo la tormenta, no existen bancos, ni senderos, ni apellidos, solo un hombre y una mujer dejándose querer
Pinchar en la imagen os llevará a la convocatoria. Gracias
Y ahora el tema.
Hace algunos años, existió un trío femenino que me fascinó desde el primer momento. Duró dos discos. Luego pasó a ser un quinteto, pasando de la casi perfección a la excelencia.
Grabaron dos discos más, el cuarto muy difícil de conseguir. Y luego se disolvieron. Sin promesas de volver.
Mi deseo imposible es que vuelva, preferentemente con la formación de los dos primeros discos.
A falta de nuevos pretextos para mencionar a este grupo, que tanto significa para mí, propongo homenajear a los títulos de sus canciones. Incluyendo un par de covers y títulos en inglés.
No Sé –Insignificante -I Can't Tell You –Hoy –Boy –Theory -Si Tenemos Imaginación –Fish -Cáscaras De Hombre -El Enojo –Truth
Avión -Cambiar es existir –Soy nada –Nunca iré -Otro lado –Blue Twain –Ya no–Instante –Seres -Lejos –Voy a estallar –Trueno
No lo soporto -Vivir Lo Diferente –Apenas –Download -Así Es Amar --Funky Feeling -Music Friends -Nivel 2 –Me iluminaré Paisaje–Lo ideal
La idea es que tomen varios de sus títulos, el mayor posible, para incorporarlos a un relato o poema. Con el estilo, temática que prefieran.
Para facilitar un poco el reto, puede traducir los títulos en inglés y jugar con la conjugación de los verbos.
Bueno, como verán el tema de este jueves se las trae , pero vamos a hacer todo lo posible para que al menos salga un texto modesto y sencillo.
Homenaje a No lo soporto
Queridas almas de No lo soporto
Desde Instante hasta Universo, su música ha sido un viaje. Nos enseñaron que Cambiar es existir, que Hoy puede ser todo, y que Si tenemos imaginación, no hay límites.
Nos hicieron sentir Insignificantes y poderosos al mismo tiempo. Nos hablaron de El enojo, de Truth, de Fish, de Ella también. Nos invitaron a Vivir lo diferente, a Viajar hacia el oeste, a estallar con Trueno y a flotar con Blue Twain.
¡Y cómo suena bien!
Nos hicieron bailar con Funky Feeling, vibrar con Frecuencias, y soñar con Lo ideal.
Nos mostraron que Así es amar, que Soy nada también puede ser todo, y que No lo soporto… es solo una forma de decir que los necesitamos más que nunca.
Gracias por cada Paisaje, por cada Nivel 2 de emoción, por ser nuestros Music Friends.
Porque aunque a veces digamos Ya no, ustedes siempre vuelven a iluminarnos.
Hoy celebramos a quienes nos dieron Energía, nos mostraron Truth, y nos hicieron gritar:
¡No lo soporto!… pero en el mejor sentido.
Gracias por ser Music Friends, por sonar tan Bien, y por hacernos sentir que Así es amar.
Con cariño,
Una fan que nunca dejará de viajar con ustedes.
Campirela_
Bueno, estado escuchando varias canciones de este grupo desconocido hasta hoy para mí, no es mi estilo en absoluto, aunque es bueno escuchar de todo tipo de musica para apreciar la evolución musical de uno mismo. Y bueno de todos los temas que he escuchado, este me ha gustado más, la música esta bien , la letra si nos ponemos a fecha de cuando se emitio puede ser una manera de liberarse dé uno mismo.
A quien corresponda, o más bien, a quien se le haya ido la mano con el termostato.
Me dirijo a usted, señor verano, con la frente sudada, el abanico exhausto y la paciencia evaporada. No sé qué clase de venganza personal está ejecutando sobre mi cuerpo,pero esto ya no es calor, es castigo divino.
¿Dónde quedó ese verano amable, de tardes de sandía y noches frescas en la terraza? ¿Por qué ahora nos condena a dormir abrazadas al ventilador como si fuera un amante desesperado? ¿Qué hemos hecho para merecer este bochorno que convierte las aceras en parrillas y los pensamientos en sopa?
Le ruego, le imploro, le suplico, dé paso al otoño. Que entren las hojas secas, los jerséis suaves, el olor a café recién hecho y las tardes que invitan a escribir.
Que vuelva el aire que no quema, el cielo que no amenaza, y las noches que se pueden vivir sin sudar como si estuviéramos en una sauna municipal.
Sin más que añadir, salvo una gota de sudor que cae sobre esta carta, me despido con la esperanza de que recapacite.
Atentamente,
Una ciudadana achicharrada,
con abanico en mano y fe en el cambio de estación.
Campirela_
PD. De veras diréis que soy exagerada, pero este calor me sobrepasa de manera, espero que tengan razón los meteorólogos y este finde por fin veamos inicio del otoño que ganas que tengo de olerte, sobre todo de sentirte , esa brisa en la cara , y tapar mi cuerpo cada noche ... 34º a la sombra ...
Pinchar en la imagen les llevará a la convocatoria
Muchas gracias.
La propuesta de este jueves se trata de eso, un viaje relámpago, sin planificar, a dónde irías, con quién o simplemente solos, con el mate o el café o el té, ¿por qué no?, o una mascota. Un viaje para relajar o escapar de algo o alguien, el tema es amplio, lo dejamos a su imaginación.
Viaje exprés con destino incierto (y café caliente)
Un jueves cualquiera, el despertador decidió no sonar. Y yo, obediente, me escapé. Sin mapa, sin GPS, sin excusas.
Metí en mi mochila lo esencial, café, una sudadera y un par de calcetines, cogí a mi perro, que no juzga ni pregunta.
¿Destino? Donde el Wifi se rinda y el silencio tenga buena señal.
¿Motivo? Relajar, huir, reencontrarme… o simplemente porque sí.
Y ahí va la anécdota, en mitad del camino, pare en un pueblo donde el bar se llamaba “Aquí Me Quedo”. Entré por curiosidad y pedí un café. El camarero me miró y dijo:
—¿Café? Aquí solo servimos conversaciones largas y tostadas con recuerdos.
Me quedé dos horas. Salí sin café, pero con tres historias, una receta de bizcocho y la dirección de una señora que hace sombreros con hojas de higuera.
A veces, el mejor plan es no tener ninguno.
Porque cuando uno se pierde un poco, suele encontrarse mucho.
Y al volver el domingo, con la arena aún en las botas y el alma más liviana, encontré en mi buzón una postal sin remitente.
Solo decía:
“Gracias por no planearlo. Nos vemos en el próximo desvío.”
Jenny Liz Rome Encontraréis más información de esta artista canadiense.
Mi imagen elegida para este proyecto sobre el retrato de Fantasía.
En lo alto de la colina de Valverde, donde los cipreses susurran secretos al viento, se alzaba la mansión de los Helmand. Allí vivía Noa, una joven de 16 años, tímida como un suspiro y vestida siempre con una boina negra, chaqueta negra, blusa blanca impecable y una pajarita que parecía sujetar su mundo. Su trenza, larga y pulida, caía hacia el lado derecho como si protegiera su mundo interior.
La casa estaba llena de relojes que no marcaban la hora, espejos que no reflejaban del todo, y salones donde el eco parecía tener voluntad propia. Noa pasaba las tardes en el Salón de los Ecos, una habitación prohibida por su abuela, donde las paredes murmuraban fragmentos de conversaciones pasadas. Allí escribía cartas que nunca enviaba, tocaba melodías que nadie escuchaba, y soñaba con un mundo más allá de los muros dorados de su encierro.
Una noche, mientras la luna se colaba por los cristales, Noa encontró un espejo distinto. No mostraba su reflejo, sino una versión de ella misma vestida de rojo, con la trenza al otro lado y una mirada decidida. Al tocar el cristal, fue absorbida por él.
Despertó en una ciudad paralela llamada Lunaria, donde los tímidos eran poderosos, y los ricos no tenían dinero, sino recuerdos. Allí, su boina era una insignia de nobleza, y su pajarita, una llave mágica que abría puertas a otros mundos. Pero Lunaria estaba en peligro, los ecos del Salón habían comenzado a desaparecer, y con ellos, los recuerdos de los habitantes.
Noa, debía encontrar el origen de esa pérdida, enfrentarse a su propio miedo de hablar, y descubrir que su timidez no era debilidad, sino una forma de escuchar lo que otros no podían oír.
Siempre hay que dar las gracias cuando las personas son generosas sin pedir nada a cambio y asi es Ginebra, ella con sus ideas geniales y su buen hacer, nos convoca en proyectos que aparte de enriquecernos, hace que unamos posturas y gracias a ella unamos algo más que letras.
Gracias, Ginebra, cuidate mucho y siente todo nuestro cariño y aprecio.
Amig@s gracias, por todos los relatos que habéis sido capaz de regalarnos a los que leemos, esta preciosa linda convocatoria donde no solo son letras, son emociones, sentimientos y alguna que otra experiencia.
Estoy muy contenta con la participación, tanto en vuestros textos como aquellos que se han pasado a leernos , con sus preciosos comentarios, y los que por timidez por falta de tiempo no dejan letras , pero sí su presencia.
A todos gracias, gracias,
Hemos tenido toda clase de voluntarios, y cada uno de ellos no solo ha dejado su tiempo , sino su cariño y esfuerzo a que este mundo, aunque sea efímero, la alegría brille en los ojos de quien ha recibido esa sonrisa, a tiempo, ese abrazo deseado , y el cariño que todos han derramado en sus acciones .
Llega el momento de pasar el relevo a nuestras ARTESANAS DE LA PALABRA en su blog, encontrarán con nuestro nuevo reto , sin duda será estupendo. Les dejo deseándoles un final de mes repletos de nuevos retos.
En una ciudad cualquiera, donde el ruido de la rutina ahoga los gestos pequeños, hay quienes caminan sin hacer ruido, pero dejan huellas profundas. No tienen superpoderes, ni aparecen en titulares. Son voluntarios. Héroes sin nombre, sin uniforme, sin salario.
Cada mañana, Elena prepara desayunos en un comedor social, no pregunta por historias, solo sirve con una sonrisa que abriga más que un café caliente.
Ángel, jubilado, enseña matemáticas a niños que no pueden pagar clases. Su paciencia es infinita, como si cada ecuación resuelta fuera una semilla de futuro.
María, estudiante de enfermería, dedica sus fines de semana a acompañar a ancianos que ya no reciben visitas. Les escucha, les lee, les devuelve el valor de sentirse vistos.
No buscan aplausos. Su recompensa es el brillo en los ojos de quien recibe ayuda. Son los que sostienen el mundo cuando parece tambalearse.
Y aunque nadie los reconozca por la calle, aunque sus nombres no estén escritos en placas doradas, ellos saben que cada gesto cuenta.
Porque ser héroe no es volar, es quedarse cuando todos se van. Es dar sin esperar. Es amar sin condiciones.
Nota personal.
Mi texto es inventado, aunque con mucha realidad en él, conozco voluntarios que dejan parte de su tiempo para ayudar a los demás, personas sencillas, con sus propios problemas, que miran más allá de sus hombros y saben que esa acción que realizan no solo calma el alma de quien la recibe sino la de ellos mismos.
Ya van llegando esos Héroes Anónimos que tanta falta hacen, y con sus acciones y compañía facilitan el camino de aquellos que tal vez no tuvieron tanta suerte en esta vida.
Disfrutemos de cada uno de los textos que van llegando...
Si pincháis en la imagen os llevará al texto del participante en la convocatoria. Muchas gracias.
Después de una propuesta de los jueves, absolutamente ingeniosa de nuestra anfitriona, cojo los mandos y allá volamos... Gracias, Neogénimis por tu dedicación .
Este jueves tiene una fecha que creo que está en todas las mentes, fue fatídica, en ella murieron muchos seres humanos que estaban en sus trabajos, paseando o simplemente en la calle, no voy a dar estadísticas, simplemente recordar que el mal nunca se acaba y parece que no aprendemos.
Pero, hoy, quiero que nuestros textos vayan repletos de ilusiones, de buenas acciones, de pensar qué el ser humano, debajo de ese egoísmo y falsedad, hay un alma pura que lucha por salir y ayudar al prójimo, pues de eso se trata de ese Voluntariado que sin ánimo de lucro hace cosas por los demás.
Este tema se me ocurrió cuando leía el blog, de mi querida Lu, ella hizo una entrada precisa, sobre el tema y dije , date, aquí hay tomate jaja, pongamos una nota de buen humor, estas personas que nos alientan a seguir creyendo en el ser humano sin más dilación este es el temaHéroes Anónimos...
Os espero amig@s ,sé que leeré verdaderas proezas y alguna lagrimita se caerá en el camino, pero esta servirá para que esa lágrima florezca y algún pajarillo se pose en ella.
Un abrazo y gracias por adelantado por vuestras participaciones.
Nota. Las reglas ya la sabéis, procurar no exceder de más de 350 palabras, y el texto en cualquier modalidad, solo se necesita ilusión y una chispa de imaginación y las letras fluyen como un río al mar.
Podéis dejar vuestros enlaces, os iré subiendo a partir del miércoles y si sois muchos antes...
Se necesita urgente, anfitriones para esta convocatoria de los jueves, por favor animarse es muy gratificante y saludable... la gratificación son el cariño de quien nos visita y nos da un poquito de su tiempo .
Desde el blog de Roselia Bezerra me ha invitado a una tertulia de amor , como negarme a ello , asi de improvisto, una idea me ha venido a la cabeza , espero que os guste , y sea bien recibida , con todo mi cariño allá va...
Cartas sobre la Mesa.
La mesa estaba servida, pero no con platos ni copas. Esta vez, lo que brillaba eran los naipes, esparcidos como secretos esperando ser revelados.
Las amigas se miraron con complicidad. Había risas nerviosas, miradas que decían “¿estás lista para esto?” Y una música suave que parecía entender que esa noche no era como las demás.
Alicia tomó la baraja entre sus manos. Esta noche no venimos a ganar, venimos a contar. Cada carta que salga será una puerta abierta al corazón. ¿Preparadas?
La primera carta giró sobre la mesa. Un 5 de corazones. Todas se inclinaron hacia adelante. La pregunta era clara: “¿Qué es lo que más valoras en una relación?
Y así, entre confesiones, carcajadas y alguna lágrima que no pidió permiso, comenzó la partida más sincera que jamás jugaron
Esta vez la idea es narrar historias cuyo rol protagónico esté llevado por algún personaje ubicado fuera de su contexto natural o previsible, intentando sorprender al lector con alguna situación impensada y contrastable con lo que en principio podría esperarse de él o ella.
Este es Reto del jueves que nos convoca Neogéminis, si pinchan en la imagen les llevará a dicha convocatoria.
La Escoba que bailaba Flamenco
Cada noche, cuando el telón del viejo teatro se cerraba y los aplausos se desvanecían en el eco, algo insólito ocurría en el rincón del camerino. Allí, apoyada contra la pared, una escoba de cerdas gastadas despertaba con un crujido leve, como si estirara sus fibras después de un largo día de trabajo.
No era una escoba cualquiera. Había barrido los pasillos del teatro durante décadas, absorbiendo el ritmo de los taconeos, los giros, las palmas. Y una noche, simplemente, no pudo resistirse más.
Se deslizó hasta el centro del escenario, donde aún quedaban motas de polvo dorado, y comenzó a bailar.
Sus movimientos eran torpes al principio, pero llenos de pasión. Las cerdas golpeaban el suelo con fuerza, marcando el compás como si fueran zapatos de charol.
El palo se arqueaba con elegancia, imitando los brazos de una bailaora. Y aunque no tenía rostro, se podía sentir su orgullo en cada giro.
El fantasma del antiguo director, que aún rondaba el teatro por puro capricho, la observaba desde el palco con lágrimas en los ojos. “¡Ole tú!”, murmuraba, emocionado.
Una noche, una joven bailarina olvidó su pañuelo en el escenario y regresó a buscarlo. Al abrir la puerta, se encontró con la escoba en pleno faena, girando sobre sí misma con una gracia imposible de igualar. Se quedó paralizada, sin saber si gritar o aplaudir.
La escoba se detuvo, la miró —o eso pareció— y con un leve movimiento, le ofreció el pañuelo. Desde entonces, la bailarina volvió cada noche, y juntas practicaban en secreto. Nadie lo sabía, pero el alma del teatro había vuelto a latir.
Y si alguna vez pasas por allí y escuchas un zapateado a medianoche, no te asustes. Es solo una escoba que decidió que barrer no era su profesión.