Pinchar en la imagen o nombre de la anfitriona os llevará a la convocatoria, muchas gracias.
A nuestra anfitriona esta vez Tracy se le ha ocurrido al estar en época de hacer regalos, que escribamos, sobre qué os gustaría que os regalaran con un valor infinito para vosotros, pero de un coste económico cero.
Lo mismo, a través de este Jueveando, descubrimos la forma de abaratar costos.
Cosas que no se envuelven
A ver —dijo ella, sentándose en el sofá con una manta—qué regalo tienes pensado para estos Reyes, quieres que pidamos un regalo de valor infinito y coste cero. ¿Qué pedirías tú?
Él se dejó caer a su lado, exagerando un suspiro dramático.
—Fácil. Quiero que me regales… —hizo una pausa teatral— un día entero sin que me digas “te lo dije”.
Ella soltó una carcajada.
—¡Eso sí que es un regalo imposible! Eso no lo consigue ni Papá Noel ni con horas extraordinarias.
—Por eso vale infinito —respondió él, señalándola con el dedo—. Imagínate, yo meto la pata, tú me miras… y no dices nada. Sería histórico.
Ella se acomodó, pensativa.
—Vale, pues yo quiero algo aún más difícil —dijo con una sonrisa traviesa—. Quiero que me regales un día sin que hagas chistes malos.
Él abrió los ojos como si le hubieran pedido que dejara de respirar.
—¿Un día entero? ¿Sin chistes? ¿Quieres que me dé un colapso creativo?
—Exacto —dijo ella—. Un día de paz mental. Eso sí que vale infinito.
Se quedaron mirándose un segundo, y luego los dos estallaron en risas.
—Bueno —dijo él—, supongo que nuestros regalos son imposibles… pero gratis.
—Y por eso son perfectos —respondió ella—. Porque solo los podemos pedir entre nosotros.
Él asintió, con esa complicidad, que solo tienen los amigos de verdad.
—Pues nada —dijo—, prometo intentarlo. Un día sin chistes malos.
—Y yo —añadió ella—, un día sin “te lo dije”.
Se dieron un choque de manos, solemne y ridículo a la vez.
—Tracy estará orgullosa —dijo él.
—O preocupada —respondió ella—. Porque si cumplimos esto… el mundo se acaba.
Y volvieron a reír, sabiendo que, en el fondo, ese era el verdadero regalo. Compartir momentos que no cuestan nada y lo valen todo.
Campirela_