Habitación 136 ( 2ª Parte)

Continuación...

 ¿Y dígame María, dice usted que llevaba ya días sintiéndose indispuesta?, si doctor lo que pasa que yo no le di importancia, una lleva mucho tiempo sola y a veces se crea intolerancia al dolor que no le doy la más leve importancia.

Bueno, pero hay que cuidarse que aquí los inviernos son fríos y la edad no acompaña, ay, perdone no quería decir eso … jajaja sonrió la buena mujer, no, si dice usted bien ya una peina canas, y tiene una edad, ya sé que lo dice por mi bien. Al escucharla me sentí, como si la conociera de toda la vida, su voz era tan suave, tranquila y sus ojos reflejaban misterio, serenidad y sobre todo que había amado mucho Bueno María, le vamos a hacer unas pruebas para ver cómo están esos pulmones y de paso haremos analítica a ver si tiene anemia, veo que su piel está muy pálida, eso me preocupa de todos modos le daremos una dieta muy rica en proteínas y hierro, ya verá cómo se va a sentir mucho más vital. Así transcurrió esa primera visita a María, que nos tenía a toda la planta con una curiosidad sana por saber de ella, pues la ausencia de familiares nos llamaba la atención, ya que era la persona más encantadora que había pasado por planta en años. Cuando Alicia volvió de hacer su ronda la llame que pasará a mi despacho, ya había pasado tres días de mi última charla con ella, y tenía los resultados de todas las pruebas que había pedido hacerle a nuestra abuelita preferida, cuando llamo a la puerta estaba sentado, organizando todos los papeles y diagnósticos, pidió permiso para pasar, pase, pase, le dije. Siéntese por favor, ¿dígame doctor tenemos ya los resultados? si, por eso la hice llamar sé que se toma todo lo relacionado con María, con mucho interés. ¿Tenemos buenas noticias?, yo la veo más animada, en estos dos últimos días. Mire no quiero mentirla, pero las pruebas son definitivas y nada buenas… Hubo una pausa de silencio, caída de ojos hacia el suelo, pero se incorporó rápidamente y dijo. ¿Dígame doctor qué es?.. Alicia siento ser yo portador de malas nuevas, pero María tiene LEUCEMIA, en una fase muy avanzada, por eso se sentía tan cansada y esa tos, está a mínimos de todo en sus defensas, eso junto con su edad es algo bastante grave, pero ya sabe que en medicina nada es blanco o negro. Ya doctor y las posibilidades de vencer la enfermedad cuáles son, yo diría de un 20%, pero bueno tampoco es una regla de tres. Me gustaría que hablara con ella y si fuera posible que intentará averiguar si tiene familia y si podemos hacer algo por localizarla, este trance no debería pasarlo ella sola. Me parece que tiene razón, me pasaré a lo largo del día pues hoy tengo guardia y aprovecharé el ratito de la noche para poder charlar con ella, me gusta conversar siempre me cuenta historias de su vida, y es muy gratificante. Bien Alicia, me gusta que las enfermeras no solo pongan inyecciones, sino que además sean personas con sentimientos esto es una vocación, y usted es buen ejemplo de ello.

En ese momento ella y el doctor conversaban mucho, era cierto que todos sus temas la hacían sonrojar, pues no era algo oculto que el doctor Ruiz levantaba pasiones entre las enfermeras y últimamente se les veía muy unidos, aunque eran por temas relacionados con su trabajo, pero había algo en el ambiente que podía decirse que ambos estaban bien juntos… Alicia no paró en toda la noche de mirar con lupa el informe del doctor Ruiz y no veía muy buenas perspectivas al respeto de la enfermedad de María, le preocupaba como se lo iba a comunicar, eso la tenía en tensión continua necesitaba un descanso y pensar en otra cosa, decidió bajar a la cafetería y tomarse algo y así poder despejar su mente. Cuando se dirigía al ascensor vio aparecer al doctor y casi se chocan a la entrada del mismo, perdone Alicia iba despistado y no vi que venía usted, no se preocupe no ha sido nada que no tenga arreglo, bien, contestó él dirigiéndola una sonrisa, querría acompañarme a tomar un café Alicia, en este momento me dirigía a la cafetería y si no le importa nos hacemos compañía, ella casi sin aliento le dijo un sí que apenas salía de su boca, a lo cual él se lo repitió de nuevo Alicia, está usted un poco distraída, perdóneme si la he molestado, no noo, disculpe es que tenía la cabeza en otro lado, sí, de acuerdo me vendrá bien ese café. Al llegar a la cafetería estaba desierta, pues ya era tarde y con casi media plantilla de vacaciones se notaba la ausencia de tanta bata blanca. Le parece que nos sentemos allí, bien ahí estamos más cómodos, al menos no estaremos en la puerta que entra un biruji que pela, jajja sonrió ella, eso le ha hecho gracia, sí, nunca oyó esa expresión señorita, siii, pero por favor si no le molesta cuando estemos fuera del trabajo me puede tutear, se me hace algo distante tanto protocolo, bien como tú quieras Alicia, pero eso sí tú debes tratarme a mí de igual a igual, aquí solo somos compañeros compartiendo un café vale, pero para que suceda eso será mejor que me digas tu nombre doctor Ruiz.

Bien me presento soy Adrián encantada yo Alicia … Hubo una pausa y de repente como dos niños empezaron a reírse a carcajada limpia ajjajajaajajaja(aquí hay tema). Después de charlar durante largo rato y ponerse al día un poco de sus vidas decidieron que era hora de regresar al trabajo, y así lo hicieron él subió por las escaleras pues tenía guardia en cardiología y ella debería regresar a la planta primera con sus pacientes y enfrentarse al momento más difícil, ese era hablar con la paciente de la 136 y contarle lo que la ocurría, sería un duro golpe y ella quería estar allí para poder hacer todo lo humanamente posible, para que ese trance fuera menos doloroso. Alicia se armó de valor y dio dos golpes suaves a la puerta … Entre le contestaron desde el otro lado de la puerta. Hola, ¿qué tal paso la tarde?, bien estado leyendo lo que estos ojos me permiten una historia de amor, oh ya veo que es usted muy romántica, no es que son las más divertidas, en ellas siempre salen chicos guapos, ajjaj y además me transportan a mis años de juventud, ya, veo que le gusta mucho leer si, pero a veces la vista ya me falla y me canso. ¿Bueno dígame a qué viene esta visita a estas horas ya es tarde?, es que acaso me he portado mal y viene a regañarme … noo, es usted una paciente excelente, pero vengo a darle una noticia que quería dársela yo en persona, pues adelante hija, que creo adivinar que no son muy buenas, porque lo dice lo noto en tu mirada y en tu voz, que más bien parece que tartamudeas, dale no te miedo yo ya lo sé, y te digo que no estoy asustada, solo un poco preocupada porque todavía tengo algo que resolver y no sé si me dará tiempo, eso creo que tú me lo vas a decir ya, verdad niña. Al oír sus palabras me quede retraída esa abuelita era muy lista y ella ya sabía el mensaje que la traía y sin embargo no hubo un mal gesto ni mala cara, al contrario una dicha se veía reflejada en su mirada, pero era hora de darlo todo y terminar cuanto antes esta situación que me traía todo el día loca. María debo comunicarle que ya tenemos los resultados realizados estos días y ellos nos dicen que tiene LEUCEMIA, pero en su caso está un poco avanzado, pero hay tratamientos que aminoran su avance y que usted puede perfectamente aguantar y llevar una vida con cuidados bastante decente. Ella sin dejar de mirarme ni un solo instante con una leve sonrisa me dijo:

Alicia dígame la verdad, cuanto me queda, necesito saberlo creo que tengo derecho a ello, si María no le miento, de veras su estado de la enfermedad es avanzado, pero ya sabe que en medicina nada es lo que parece, hoy en día hay muchos tratamientos que logran casi milagros, ya, pero yo no te pregunte eso Alicia yo quiero saber mi tiempo, pues he de hacer algunas cosas antes de irme de este mundo deseo si no te molesta que por favor le digas al doctor Ruiz que deseo hablar con él, tengo algo que comunicarle.

Bien no se preocupe que de eso ya me encargo yo, mañana a primera hora cuando venga a planta se lo comunico. Se hizo un silencio que marcó un antes y un después, ella no dijo nada más solo me llamo con la mano y me dijo que me acercará, fui a su cama y me puse a su lado, cuando estaba en esa posición María me cogió las manos y mirándome fijamente a los ojos me dijo, gracias eres buena y cariñosa, de seguro que esta vida te recompensará con alguien al que sé que ya le has echado el ojo, acercarte me dijo, baje mi cara hacia la suya y con sus labios me beso en la mejilla como si fuera mi misma madre, no pude evitarlo y la abrace tan fuerte que ella me tuvo que decir, ¡niña que todavía no me llego la hora espera que me llegue!, nos reímos y vi como una lágrima mía caía sobre mi cara, ella con su pañuelo me la quito y solo me dijo tranquila. Habían pasado unos días de la última conversación que habíamos mantenido el doctor Ruiz y yo. No le había vuelto a ver, de seguro que estaba de libranza, pues no sé por qué le echaba de menos, sus conversaciones aunque casi todas iban en relación con el trabajo y sobre todo a la salud de nuestra querida María, que cada día veíamos como se iba marchitando, pero eso si su sonrisa siempre era la misma y sus ganas de agradar seguían intactas. Al pasar a su habitación, vi que había alguien con ella, me extraño pues desde que llevaba allí, nunca vimos visita alguna, y por prudencia tampoco preguntamos si tenía alguien a quien avisar, pues ella nos lo hubiera dicho. Hola, buenas tardes, dije ante la presencia de aquella extraña visita, buenas tardes se levantó de la silla, enseguida María dijo, con su vocecilla, pasa hija, pasa, mira este es mi abogado que le hice llamar para ultimar unos asuntos, ya se marchaba, aquel hombre de mediana edad, corpulento y unas barbas exageradas, me dio las buenas tardes y se dirigió hacia la puerta, cuando estaba a punto de salir, miró con ojos tristes y solo dijo, buenas tardes, señoras. Aquella aptitud me pareció sorprendente y misteriosa, pero no le di más importancia, buena María es hora que te tome las constantes y veamos esos niveles de azúcar haber como van, ohm otro pinchazo, ande, no se porte mal, de seguro este no le dolerá… no ve ya esta, a que fue flojito esta vez, jjjj siii como a ti no te pinchan dijo entre risas, siempre estaba sonriendo, esa era su gran seña de identidad. Anda porque no te quedas un rato conmigo y me dices si ya ha venido el doctor Ruiz, jjj y no te pongas colorada que se nota mucho, que entre ese doctorcito y tú saltan chispas.

Que cosas tiene usted, siii, que yo lo veo cada vez que estáis aquí los dos es como si el amor volviera a vivirlo como mi primera vez, que bonitas cosas dices, María y que bien suenan, pero de veras no es así, no he de negarle que me agrada, pero yo a él es distinto, él es un médico con un porvenir asombroso y yo tan solo una enfermera y además que noo, que él es un chico de una familia adinerada y yo soy una currante, jajajajaj sonreía la abuelita, pero hijita eso que tendrá que ver cuando dos personas se enamoran eso es lo de menos, solo el tiempo es el que dice si era amor o tan solo deseo. Esas palabras me dejaron pensativa, porque no iba mal encaminada, a veces confundimos los sentimientos, pero bueno yo no estaba ahí para hablarle de mis problemas si los tenía amorosos, sino de tratar de pasar un rato haciéndola compañía. María le dije así de repente y cambiando el tema expuesto por ella, le tengo que preguntar una cosa personal, y me gustaría que tuviera confianza absoluta en su respuesta, dime Alicia que quieres saber, pues la verdad, no tiene familia a quién podamos avisar, ya sabe que la semana que viene empieza la quimioterapia y sería bueno tener alguien que la coja de la mano, son momentos un poco fuertes y todos necesitamos alguien. Ella me miró fijamente a los ojos, y solo me dijo, no, mi familia se fue hace tiempo y me están esperando en el lugar donde les cité. Ante esa respuesta me quedé un poco absorta no sabía bien qué contestar, solo la dije, buena María seguro que sola no estará, y ella sin levantar la mirada de mí, me contesto, sola nunca estoy hijita, siempre tengo a mi ángel a mi lado, él es quien me cuida y me cuidará hasta que llegue mi hora y parta a encontrarme con mi amor, él me está esperando me dice que tardó demasiado, ya sabes debemos primero que ponernos guapas y acicalarnos, para sorprenderlo cuando llegue el momento. Cada vez esta mujer me sorprendía más, su manera de ver la vida, la poca que ya le quedaba, pero que ella no le importaba morir, porque sabía que alguien allí, donde fuera la estaba esperando...

Continuará...

Campirela_