Amigos este espacio del microrrelato de teatro se toma un descanso sus personajes están exhaustos de tanto pensar, y necesitan que sus neuronas se repongan asi, pues me despido con este mes hasta más ver, espero que les haya gustado y sobre todo mi intención es que se hayan reído y pasado un buen rato. Un besote para todos.
Escribir un texto, preferiblemente corto, que sea un diálogo entre dos o más personas, con las características del teatro o poesia. También puede incluir monólogos o soliloquios.
👉 Requisitos internos: El tema de este mes será la despedida ya que llegan las vacaciones, vamos a dar descanso al personal, pero no quiero una despedida triste sino algo que nos deje un buen sabor de boca.
👉 Abstenerse utilizar inteligencia artificial o cualquier otra herramienta para crear el microteatro o los personajes. Prefiero la inteligencia humana y la creatividad.
👉 La actividad estará abierta durante el mes de junio.
Título. El inquilino
Personajes:
La dueña de la posada (Aurora)
La hija de la dueña (Pilar)
El marido de la dueña(Fermín)
El fantasma ()
El Inquilino (Manuel)
Breve exposición de la obra.
Una posada, de los años cincuenta, en una capital de provincias, donde un matrimonio y su hija, viven en una posada donde rentan cinco habitaciones, pero solo tienen un Inquilino dese hace más de dos años, este es un buen hombre, aunque un poco vago y con mucha cara dura, lleva más de tres meses que debe el alquiler y la dueña ya está un poco cansada de darle de comer y cenar de balde.
La escena se desarrolla en la mesa cenando, hay que decir que era uno más de la familia en cuestión de trato, pero… El alquiler hay que pagarle.
-Aurora: ¿Qué tal Manuel le gusta la cena de esta noche?
-Manuel: Esta deliciosa doña Aurora, ya sabe que siempre digo que es usted la mejor cocinera.
-Aurora: Ya sé que es usted un zalamero, pero esto que está cenando ha costado cuartos y usted va para cuatro meses que no me da un real.
-Manuel: Ya sabe que los trabajos están muy mal, pero de esta semana no pasa que encuentre algo, y mi primer sueldo será íntegro, para usted, se lo juro por los clavos de cristo.
-Aurora: Deje usted de jurar, y póngase a buscar trabajar.
Pilar entra en escena, anda medio enamoriscada del inquilino, de hecho su padre tiene la mosca detrás de la oreja, que algo hay entre ellos.
-Pilar: Madre no sea dura con Manuel, es un buen chico y además sé que todas las mañanas compra el periódico y no deja pasar un solo anuncio de empleo.
-Aurora: Ya lo veo que las deja pasar a cien mil leguas.
Esta tuerce el morro, y mira con ojos de quererla dar un sopapo, por llevarle la contraria delante del inquilino, ¿quién se habrá creído que es esa niña? Verás, cuando me quede sola con ella, la voy a dar unas clases de educación.
El padre no ha dicho nada en toda la cena, se levanta da las buenas noches y se va escaleras arriba a su cuarto.
Allí se le ocurre que este mozalbete está abusando de su honestidad y hasta puede que de la inocencia su hija, y esto debe terminar de algún modo, busca la manera de deshacerse de él, y qué mejor que idear que hay un fantasma en la casa.
En la madrugada, Fermín con unas cadenas de hierro se pasea encima de la habitación de Manuel, tal es el ruido que el joven salta de la cama con un buen susto en el cuerpo.
Manuel: Sale en pijama al rellano y no oye nada, pone la oreja tiesa para ver si es fruto de una pesadilla o real, vuelve a dentro, se mete en la cama y a los cinco minutos vuelve otra vez el ruido de las cadenas.
Asi durante una semana, él lo comenta, ninguno de los tres miembros ha oído nada.
-Aurora: Manuel tienes mala cara, no estarás enfermo
-Manuel: no, señora, es que llevo una semana sin pegar ojo, ustedes no oyen ruidos.
Aurora: Yo cuando caigo en la cama estoy tan agotada que me desmayo y no oigo ni el gallo de la vecina cuando canta de madrugada.
-Fermín: Pues lo que dice mi señora, yo no oigo ni sus ronquidos
-Pilar: Manuel, no estarás bebiendo, yo tampoco oigo nada, me duermo escuchando la telenovela que dan en la radio por la noche, que me tiene entusiasmada.
A los quince días, Manuel solo tiene ojeras, ni la comida de doña Aurora le alimenta, ha tomado una decisión, se marchara, dejara como prendas el reloj de su padre, y la cadena de la comunión, con eso saldara las deudas con su casera.
Cuando le ven con la maleta, no dan crédito a sus ojos.
-Manuel: Doña Aurora, no puedo seguir por más tiempo con ustedes, sé que le debo con este cuatro meses, aquí le dejo el reloj de mi padre y la cadena de mi comunión como señal de mi deuda no sé si llegara a saldar, pero les juró, que cuando encuentre trabajo vengo a retirar el reloj y la cadena y les doy sus cuartos, debo irme porque si no creo que el mal me acecha y viene a por mí.
Sin decir, una sola palabra más, salió por donde entró hacía dos años.
Don Fermín mira el reloj, la cadena y coge a su mujer por los brazos diciendo: Tanta paz llevas como tranquilidad dejas, se echan unas carcajadas y cierran la puerta, felices como perdices, pues es un buen reloj, ya le sacaran su buen precio en el mercado de estraperlo.
Una despedida alegre para los posaderos, no tanto para Manuel, aunque ya se sabe que ninguna despedida es alegre ...
fin.