Mi Historia con un loco

 

Mi llegada a ese lugar fue escalofriante iba semi desnuda y él con esos ojos desorbitados no me quitaba la mirada de mis pechos al descubierto. El enfermero lo agarro del brazo y se lo llevó a rastras... que horror pensé, es un pobre loco.

Mis gritos desesperados alarmaron a todos los presos, porque eso me sentía  yo, presa en un paraje de locos; no estaba loca, fue un  error solo un error y una sola vez, le mate, si, pero se lo merecía.

Él se va  acercando a mí con sus manos temblorosas roza mi cara, baja su boca y me susurra, debemos alejarnos de aquí  si no moriremos...

Nos cogemos de la mano, avanzamos por esos pasillos interminables, los baldosines son fríos, mis pies descalzos sufren esa frialdad que, por otra parte, no lo comparte el resto de mi cuerpo, aquel loco sabe como calentar mis partes más púdicas...

Salimos, corremos y en mitad de la valla, una  voz nos deja petrificados, giramos nuestros cuerpos y allí esta ella, la directora, en sus manos lleva  unas camisas con correas.

Nota. Micro de Historia de un loco del blog  Gustab

Campirela_