Relatos de los jueves( Entre Libros)

 

Otro jueves más nos reúne Neo, en esta convocatoria, esta vez se trata de hacer un relato sobre libros, deberemos meternos entre ellos y ver que nos ofrecen.

Sus títulos, sus páginas, sus personajes, todo lo que les rodea, ¿seremos capaz de inventar una pequeña historia y trasladarla a letras? Pues bien, nos pondremos manos a la obra a ver que nos ofrecen, los libros.

Pinchar en la imagen ella os llevará a la lista de participantes. Gracias.

LA PUERTA ABIERTA

Esta semana penúltima de junio estaba supernerviosa, los finales estaban a la vuelta de la esquina y tenía que apretar fuerte los codos si quería que no me quedara ninguna asignatura para septiembre.

Eran las seis de mañana cuando la alarma de mi móvil me despertó, me levante, me lave la cara para espabilame y me puse un buen tazón de café.

 Tenía que estar bien despierta, hoy a las diez tenía examen de historia y me jugaba todo a una carta, si no lo aprobaba me tocaría quedarme sin vacaciones estudiando todo el verano.

Cuando iba dirección al baño, me sorprendió la puerta abierta de la calle, pensé mi padre hoy madrugó, para ir al trabajo, al pasar sentí una brisa que me hizo salir al rellano, fue cuando vi algo que me dejo descolocada, no era la calle, sino un bosque donde la oscuridad solo era iluminada por las libélulas  desprendiendo sus alas.

Mi curiosidad me hizo dar unos cuantos pasos por ese camino que curiosamente las baldosas del suelo no eran tales, sino libros colocados de tal manera que hacían de pavimento.

Me puse a mirar con detenimiento y allí estaba la historia de Bizancio, la cual sería una potencia cultural y político de primer orden, 

La historia de la humanidad, un libro que nos enseña como la raza humana ha ido evolucionando.

Entre aquellas baldosas de hojas repletas de letras mi mente se enriquecía y mi  vista se abrió a ese mundo donde las letras pasaban a gran velocidad, contemple los avances, vi las guerras, aquella visión me dejo estancada por segundos, era crueldad, lo vivido, tal vez fuera un presagio, para no volver a ellas.

Cada baldosa que pisaba era como alimentarme de ella, hasta que por fin llegue al final del camino.

Allí descansé, mi mente estaba repleta de información, debía canalizarla que me sirviera para enriquecer mis conocimientos, me senté sobre la hierba, y cerro mis ojos.

-¡Vamos perezosa, es hora de levantarse! ¿Qué ha pasado esta noche, tienes toda la habitación repleta de libros por el suelo?

-Mamá, no te lo vas a creer, pero yo no he puesto ni uno solo en el suelo...

- Ya, habrá sido tu Ente complementario, anda espabila de tus fantasías que más que estudiar historia podrías hacerte vidente.

Campirela_