Relato del Jueves "En un abrir y cerrar de ojos, una frase me inspira"

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Este jueves nuestra anfitriona Cecy, nos invita abrir una página de un libro y cerrando y abriendo los ojos, elegir una al azar, de ahí ver que historia nos inspira, así pues, vamos a ver que nos depara la suerte, el destino o el libre albedrío ajjaj. 
Libro elegido, el que ahora mismo estoy leyendo. "El INFIERNO" de Carmen Mola.

Frase: El viaje en el vaporcito es un viacrucis.

Capítulo 32, página 251.

Travesía Maldita

Esa mañana de junio el calor era infernal, como se nota el cambio climático que haga calor es normal, pero estar a las nueve de la mañana a 38 grados es una odisea.

Ya en el barco, con las maletas, toda la familia rumbo a pasar unos días de vacaciones, o al menos eso pensábamos porque si os cuento la verdad el barco no me hizo nada de gracia, y la tripulación mucho menos.
En cubierta la sudoración era agotadora, nunca en mi vida sentí la sensación que tenía, era como que mi cuerpo flotara y no es que las olas no hicieran su trabajo, es que la navegación no es lo mío.
Mi familia, estaba la mar de contenta, mis hermanos pequeños correteaban sobre la cubierta, mi madre tumbada en su hamaca tomando el sol y, mi padre charlando con personajes que eran al menos de estudio, pues no me daban buena espina. 
Siempre fui y soy el detective de la familia, mi madre dice que no he crecido más por la picardía y mala leche que tengo. La gente, oculta algo detrás de sus máscaras, y ahí estoy yo para ver el trasfondo.

A medio camino de aquella travesía en ese vaporcito, algo ocurrió que me llamo la atención. De repente es como si por arte de magia hubiera desaparecido todos los viajeros y solo quedara yo.

Al principio pensé se han ido a descansar de este calor agobiante, pero al cabo de diez minutos sentí recorrer un frío extraño por mi espalda.

Algo estaba ocurriendo, tenía que descubrirlo, no era lógico ese silencio, solo el sonido de las olas era el único ruido que escuchaba.
Tomé una decisión, ir hacia el comedor a ver si los camareros estaban en sus puestos de trabajo, allí tampoco había nadie, las mesas estaban cubiertas de enseres de haber estado comiendo.

Entré en las cocinas y de igual modo tampoco encontré rastro humano.
Mi mente comenzó a dar vueltas y a sentir miedo, algo estaba ocurriendo o encontraba una solución al enigma o tal vez aquella travesía acabaría con mi familia.
Recorrí todos los compartimentos y en ninguno de ellos había señales de vida.
Al entrar en la sala de máquinas algo llamo mi atención, al lado de un mueblo correoso, había una nota escrita en tinta un tanto extraña, su color rojo metálico, estaba esparcido por toda la hoja, graso error, no era tinta, era sangre...
En ella ponía: tú serás la próxima víctima.
No me lo pensé dos veces salté por la borda, no recuerdo nada más. 
Hoy estoy aquí recluido en una especie de convento, nadie me dice nada, los monjes son silenciosos, solo me dan agua y de vez en cuando pan.
El viaje en el vaporcito es un viacrucis, dice mi mente cuando me hallo lucido, tendré que averiguar si es que algún día salgo de este lugar.

Campirela_