Este jueves ya tenemos de vuelta a Molí que se nos fue de vacaciones , y nos trae una bonita propuesta hablar de amaneceres sobre esas esperanzas que las tenemos que conservan siempre, hagamos de la vida un continuo amanecer... Si pinchais en la foto os llevará a la convocatoria donde podreis leer todos los relatos y dejar vuestros enlaces. Muchas gracias.
Mi primer Amanecer
Como cada año las vacaciones eran en el pueblo natal de mis padres y mío tan bien aunque emigre siendo muy chiquito mis raíces siempre las llevo conmigo.
Como es natural la pandilla del pueblo es genial, cada mes de Agosto nos volvemos a reencontrar después de una año sin vernos eso si las cartas van y vienen.
Este año iba a suceder algo maravilloso al menos una vez que ha pasado así lo siento.
Llegó al pueblo una familia con dos hijos, eran forasteros pero les gustó la tranquilidad y el paisaje, alquilaron una casa para todo el mes, la hija tenía quince años y era muy bonita, su melena larga y sus ojos azules llamaban la atención, eso sí siempre iba cogida o bien de la mano de su hermano mayor o de sus padres, llevábamos una semana y jamás la vimos sola.
Un día esperando la vez para comprar el pan _ pues venía de otro pueblo _ esa tarde mi abuela me mandó a por el pan normalmente iba ella, pero por el destino o la casualidad fue a mi quien me toco ese día, cuando llegué me la vi allí apoyada en la pared en la sombra.
Me arme de valor y me dirigí a ella pues no me quitaba los ojos de encima.
_ Hola, me llamo Pablo, creo que no, nos conocemos sé que sois forasteros y habéis alquilado la casa de la tía Paca.
_ ¡Vaya, aquí las noticias vuelan!
_ Perdona, no quería ser curioso simplemente saludarte y proponerte que te unas al grupo de amigos , así lo pasarás mejor, también se lo puedes decir a tu hermano, mira si quereis esta tarde a las siete hemos quedado en el banco que hay en la Iglesia.
_ Gracias Pablo, siento haber sido un poco brusca, soy Paula y la verdad te agradezco tu hospitalidad esta tarde se lo diré a mi hermano y si él quiere allí estaremos.
Las seis horas que faltaban para la cita las pase pensando en ella y su mirada fija en mis ojos.
Allí estaba yo a menos cuarto para conforme llegaran mis colegas decirles que esa tarde los forasteros se unirían al grupo y que había que comportarse al menos de entrada, luego ya se vería.
Cuando pensaba que ya no vendría y nos disponíamos a salir con destino desconocido a ver que aventura haríamos esa tarde los vi doblando la esquina de la plaza, ella agarrada a la mano de su hermano, algo que me hizo sospechar pero bueno seria sus costumbres ...
Terminadas las presentaciones la verdad que su hermano un tipo simpático y amable, pues tenía dieciocho años uno más que yo, nos comentó que el próximo curso comenzaría la universidad, fue ahí cuando ella dijo que sus estudios iban más lentos ya que el braille le estaba costando trabajo aprenderlo.
Toda la pandilla nos quedamos un poco tocados porque ninguno imaginamos que Paula era ciega.
Nos contó que a la edad de tres años por unas fiebres y un virus sus ojos quedaron oscuros de visión pero no de esa luz que irradiaba, se sabía manejar bien sola, aunque en el pueblo no tenía todavía cogido el tino, pero se adaptó bien a nosotros.
Faltaba muy poco para terminar el ciclo vacacional y se nos ocurrió que no, nos iríamos del pueblo sin ver un amanecer, debo decir que Paula había tocado mi corazón y le propuse que al día siguiente a las siete de mañana debía estar lista en su casa que pasaría a buscarla y la llevaría a un lugar especial para contemplar el amanecer.
Ella me dijo, Pablo yo no puedo verlo y cogiendo sus manos le dije tú lo verás.
Así fue, sobre las siete y veinte el sol salía por encima del cerro de la Cruz, allí estábamos los dos unidos por nuestras manos le relataba como iba subiendo el astro sol , ella me decía ¿que color tiene ahora ?, yo la contestaba un bello color anaranjado pero no tanto bello como tus ojos ,..sus mejillas se sonrojaron y en un acto noble bese sus labios. Nos perdimos todo el resplandor del sol, pero os puedo asegurar que el sol brilló mucho más que ningún día dentro de mi.
Aquel amanecer fue especial, yo le relataba y ella imaginaba y entre los dos vimos cosas que los demás jamás verán, era ilusión y esperanzas.
A los dos días volvieron a su ciudad. pero quedamos en escribirnos tenía como meta aprender Braille.. estoy deseando llegar a Madrid para poder comenzar aprender el idioma. ella merece ver más amaneceres.
Campirela_
Nota: Perdón hoy me pase en palabras.