Continuación de... Terror en la Morgue (Despejando la mente)

Terror en la Morgue

Continuación

Despejando la mente...

El detective Cosme, cuando llegó a comisaría, entró sin saludar a nadie y con gesto preocupado fue derecho a su mesa y allí estuvo más de dos horas repasando todo lo que tenía al respecto del caso del Forense.

Lo primero seria hablar con su mujer, ella tenía que saber algo o al menos darle alguna pista sobre esa aparente locura de su marido, cuanto más lo pensaba le resultaba todo tan extraño, que sin perder un segundo llamó a la Señora de Hernández Ríos para concertar una visita.

Mientras en el psiquiátrico, el doctor seguía sin tomar las medicinas, y veía como cada día su mente estaba más despejada, en sueños tenia ráfagas de la sala de autopsias y en ella siempre veía a la misma mujer cuando ponía el bisturí en su tórax, está abría los ojos y él quedaba paralizado, en ese punto se despertaba todo empapado en sudor.

Raquel esa mañana se despertó antes de lo habitual, la cita del detective la tenía tensa, ya había dado notificación a la cúpula y ellos la aconsejaron que fuera cortés y sobre todo prudente en las contestaciones, sobre todo no levantar nada de sospechas. Ya estaba en el salón cuando sonó el timbre de la puerta, se miró el reloj y se dijo así misma muy puntual.

_ Buenos días señora de Hernández, espero llegar en un buen momento, soy el detective Cosme, no quisiera molestarla.

_ Buenos días detective, pase por favor, no se preocupe tengo un rato para contestar a sus preguntas y ayudar a esclarecer cualquier asunto que concierne a mi marido.

Una vez hechas las presentaciones, ella le llevó hasta un salón, más bien una biblioteca o despacho del doctor, Raquel se sentó en el sillón y el detective en frente de ella.

Usted dirá detective, pero antes de nada desea tomar un té o café, acabo de desayunar y esta reciente.

Muchas gracias, si puede ser un café sin leche y sin azúcar.

_El doctor Hernández estaba en su habitación sentado sobre un colchón, con la vista al frente, esta estaba vacía pero su cabeza comenzaba a hilar cosas en ellas, cuando sintió que la puerta se abría, volvió la cara y se fijó que no era su enfermero de todos los días, esta era una mujer de unos cincuenta años, rubia y con bata blanca.

_A ver cómo está hoy el Doctor, hoy vamos a salir de aquí y vas a venir conmigo tengo muchas cosas que contarte y espero que tú a mi también, anda ponte de pie y acompáñame, hoy será un día especial pues aunque tú no lo creas hemos estado observando y creemos que es hora de cambiar de habitación y hacer vida con los demás pacientes.

Este no dijo nada solo obedeció, se incorporó de su postura casi fetal y fue detrás de ella, siguió sus pasos y su cantarina voz. En su mente solo había un objetivo salir de allí, necesitaba respuestas y saber que era lo que había ocurrido.

_ La conversación del detective y Raquel iba en dirección correcta, hasta que Cosme le preguntó por la vidiollamadas que originó todo lo demás.

Ella se puso a la defensiva, y sólo pronunció sin recalcar que no había pasado nada que habló con los niños y que después le dio como un ataque de pánico.

Esa, era la palabra clave " Pánico”...aquí el detective estuvo astuto y sin dejar de anotar en su libreta ni alzar la cabeza, le dijo:

Tenía entendido por qué así consta en el informe que con usted había una persona más.

_ Al llegar a un gran despacho el doctor vio que había tres personas más todos ellos con batas blancas y sentados alrededor de una gran mesa rectangular, la doctora le dejó entrar primero y una vez dentro cerró la puerta y le indico con la mano su lugar, él se sentó y observó todo su entorno, su mente se aceleró esas batas le resultaban conocidas él tenía una igual.

_Raquel, se levantó del sillón y encendió un cigarrillo, Cosme se dio cuenta que había dado en la tecla estaba nerviosa.

Bueno si, aparte de mis hijos estaba una amiga mía de mi infancia que nos visitó, pero no creo que eso tenga que ver con el ataque de mi marido.

¿Podría decirme si su marido la conocía?

Creo que no, tal vez alguna vez le hablara de ella, pero hacía años que se traslado al extranjero y no la veía desde mucho antes de casarnos.

Ella, su amiga presenció el desfallecimiento de su marido a través de la videollamada.

Pues no lo sé, _ Raquel estaba nerviosa sus labios temblaban _ tal vez, fue todo tan rápido, que no sé si ella lo llegó a ver.

Perdone las preguntas pero es necesario saber que fue todo lo que pasó para que su marido se comportara de ese modo, pues su historial médico no ofrece ninguna duda de un hombre sano mental y físicamente para ese desenlace.

Si, discúlpeme pero comprenda para los niños fue un impacto grande ver a su padre de esa forma.

¿Podría contactar con su amiga , tal vez ella podría decir algo al respecto o vio alguna expresión en los niños no sé algo que despeje este asunto.

Raquel se quedó pensativa y rápido contesto; no creo que sea posible ella se marchó al otro lado del mundo al cabo de una semana, su trabajo la requería ella, vive en Australia.

_ Llevaba unos minutos de estar en ese gran despacho, cuando el doctor de más edad se dirigió al forense.

Doctor Hernández reconoce su nombre.

El forense tenía ruidos en su mente y las palabras le sonaban hasta que en un acto de cordura total se levanto de la silla y con voz firme dijo: sí, soy yo.

_ Cosme, se despidió de la mujer del forense y antes de cerrar la puerta le pregunto; no sería posible contactar con su amiga, desearía aunque fuese por videoconferencia hacerle unas preguntas.

Raquel, sin argumentos solo fue capaz de decir, lo intentare, buenos días.

Continuará...

Campirela_