Si pincháis en la imagen os llevará a la convocatoria muchas gracias.
EL GRAN PREMIO
¡Hola a tod@s! El argumento sobre el que propongo desarrollar la acción consiste en encontrarse un décimo de lotería donde menos te lo esperas:
-La calle, una parada de autobús, la zona de inodoros de un aseo público, el Metro, un vagón de tren, una tienda a pie de calle, una estación de esquí muy concurrida, el vestíbulo de un hotel o de un rascacielos donde entra y sale gente cada segundo…
Cualquier otro escenario es válido. Vuestra imaginación decide.
Aclaraciones:
1-Cuando encuentras el décimo y antes de tomar ninguna acción, compruebas si está premiado y en efecto lo está. Es el primer premio.
2-El décimo premiado caduca ese mismo día.
3-Su despistado propietario lo habría conservado durante todo el tiempo hasta la caducidad o justo ese día había decidido salir a cobrarlo. Puede ser también que el sorteo se celebre ese mismo día.
Dentro de la trama, tu situación en la vida acepta varias opciones, las que se te ocurran. Como ayuda os digo unas cuantas posibles. Eres:
Un indigente Una persona acomodada Miembro de una ONG Parado de larga duración Enfermo terminal Empleado de una oficina de objetos perdidos
El Despiste
La víspera tan ansiada por todos los trabajadores era el día de la lotería, desde hacía más de tres décadas el jefe y dueño de la fábrica repartía un décimo para cada empleado. Junto a la cesta de Navidad, en un sobredorado iba el correspondiente décimo.
Juan, era el hombre más despistado del mundo y cuando dejo la cesta de Navidad encima de la encimera olvido guardar el sobre con su décimo, el día de la lotería todos los empleados estaban pendientes de las voces del los niños de san Ildefonso, cuando oyeron cantar el número 28345 aquello fue una algarabía les había tocado el gordo de Navidad.
Cuando llego a su casa a por el número de lotería, fue que se dio cuenta de que no sabía donde lo había depositado, no se atrevió a decir nada a su madre, guardo silencio y su alegría se desvaneció.
Sus compañeros festejaron con una cena de empresa a la cual él no quiso asistir, pues su cuerpo no estaba para fiestas, se flagelaba de su mala suerte, o tal vez de su mala cabeza, de no poner más atención a donde dejaba las cosas.
Asi paso el tiempo,sus compañeros sabían que algo le pasaba y entre todos decidieron dar un dinero para qué la pena fuera menor. Él no sabía como agradecer tanta gratitud y no quiso aceptarlo, pues cada uno de ellos tenía muchos agujeros que tapar.
El último día de cobro de la lotería, Juan llevaba puesto la misma cazadora que el día que le dieron la cesta de Navidad, cuando fue a meter la mano en el bolsillo de dentro del forro, sus yemas tocaron algo, este con sus dedos lo fue sacando y vio que allí estaba su décimo, dio un salto que casi se cae al suelo no daba crédito fue cuando su mente le trajo el recuerdo que lo había guardado tan bien que ni se acordaba donde lo había dejado.
Fue corriendo hacia la primera administración y esta le dijo, te quedan menos de media hora hasta el cierre del banco.
Asi fue como Juan aprendió a ser más responsable de donde dejar las cosas.
Campirela_