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Las niñas están aburridas y algo habrá que hacer, todavía quedan más de cuatro horas para cenar, así pues me dirijo al baúl de los recuerdos y veo que todavía conservo aquellas marionetas que hice en clase de manualidades.
_¡A ver chicas que os parece si os cuento un cuento mágico!
Mamá, no crees que ya somos un poquito mayores para eso,
¡A sí, no lo parece cuando entro en vuestro cuarto!
Jaaa, unas risas, enseguida me dijeron vale, pero con una condición.
_ Decir, cuál es vuestra condición.
Que papa también lo escuche.
Una vez todos en el salón, saque mis marionetas, el cuento iba a ser especial, entre las normas era que no hablaría sino que solamente utilizaría las marionetas como personajes del cuento, eso sí, silencio absoluto y atención primordial, al finalizar mi historia el que la contara con el lenguaje verbal tendría premio.
¿Y cuál será el premio?
Pues el ganador hará otro cuento, con las normas que él decida...
Cogí mis marionetas, pero antes había hecho una pelota grande con papel de un viejo periódico, esta sería la tierra, y en cartulina, dibuje, animales y árboles las marionetas las coloque en mis manos casi ya estaban preparadas para comenzar mi función, cuando de repente me faltaba algo, el sombrero...
Allí en el salón estaba mi familia sentada en círculo, de repente me convertí en mimo, salude con una inclinación de cuerpo, me quite el sombrero, en una mano estaba Eva, en la otra Adán, con mis ojos bien abiertos les hacía señales que debían presentarse y así lo hicieron se inclinaron y comenzaron marionetas, cuerpos, ojos a mantener un diálogo sin palabras.
Aquella bola que representaba la tierra la hacían girar, las marionetas bailaban a su alrededor hasta que junto a un árbol las dos quedaron entrelazadas y ahí la función termino.
El cuento era sencillo, la familia al unísono exclamó.
¡El comienzo de la vida!!
Campirela_
[346 Palabras]